Monitorización de signos vitales


 La monitorización de los signos vitales en niños es crucial para evaluar su estado de salud, detectar cambios significativos y responder rápidamente a cualquier deterioro. Los signos vitales básicos incluyen la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial. A continuación, se detallan los valores normales de estos signos vitales en niños de diferentes edades:

1. Temperatura Corporal:

·         Recién nacidos (0-1 mes): 36.5-37.5°C (97.7-99.5°F)

·         Lactantes (1-12 meses): 36.5-38.0°C (97.7-100.4°F)

·         Niños (1-5 años): 36.1-37.8°C (97-100°F)

·         Niños (6-12 años): 36.1-37.8°C (97-100°F)

·         Adolescentes (13-18 años): 36.1-37.2°C (97-99.0°F)

2. Frecuencia Cardíaca (FC):

·         Recién nacidos (0-1 mes): 100-160 latidos por minuto (lpm)

·         Lactantes (1-12 meses): 90-150 lpm

·         Niños (1-5 años): 80-140 lpm

·         Niños (6-12 años): 70-120 lpm

·         Adolescentes (13-18 años): 60-100 lpm

3. Frecuencia Respiratoria (FR):

·         Recién nacidos (0-1 mes): 30-60 respiraciones por minuto (rpm)

·         Lactantes (1-12 meses): 30-40 rpm

·         Niños (1-5 años): 20-30 rpm

·         Niños (6-12 años): 15-25 rpm

·         Adolescentes (13-18 años): 12-20 rpm

4. Presión Arterial (PA):

·         La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y varía según la edad, el tamaño y la madurez del niño.

·         La presión arterial se clasifica como "normal", "elevada" o "hipertensión" según las tablas de percentiles específicas para la edad, el sexo y la altura del niño.

Es importante tener en cuenta que estos son valores generales y que pueden variar ligeramente según el niño y las condiciones individuales. Además, es crucial considerar el contexto clínico y cualquier factor que pueda afectar los signos vitales, como la ansiedad, el estrés, el dolor o la fiebre.

La monitorización de los signos vitales debe realizarse de manera regular y según las necesidades clínicas del niño. Cualquier desviación significativa de los valores normales debe ser evaluada y documentada adecuadamente, y puede requerir intervención médica o ajuste del plan de cuidados del paciente.


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