Salud Pública. Tema Nº 4 y 5

Prof Lic Enf Silvana Peralta

4. EL PROCESO SALUD-ENFERMEDAD

Definición de la OMS:


Desde hace tiempo se definía a la salud como la “ausencia de la enfermedad”. Sin embargo, no es el mejor criterio ya que no se puede definir con una negación.

Por lo tanto, la definición de salud actual según la OMS es el completo estado de bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad o incapacidad.

Dimensiones: físicas, sociales y mentales.

SALUD HOLÍSTICA-> SER BIO, PSICO, SOCIAL -> SER TOTAL






5. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO SALUD

Desde que la vida existe en la tierra, ha estado asociada a la enfermedad. La enfermedad ha asolado al hombre a lo largo de su existencia y ello explica que la preocupación por elaborar una interpretación ordenada sobre la producción de la enfermedad sea una constante en la cultura y en las ciencias de las diferentes épocas históricas. Esta interpretación se ha desarrollado según los criterios culturales y científicos dominantes en cada época, pudiendo distinguirse tres modelos en la formulación histórica del proceso de enfermar.

El paradigma ambientalista:

Esta interpretación, formulada inicialmente por los hipocráticos y que está presente prácticamente hasta finales del siglo XVIII, se basa en la relación de dependencia de la persona con el entorno natural para explicar el proceso de enfermedad.

El paradigma biologista:

Se desarrolló a partir de los descubrimientos de la microbiología con Pasteur y Koch en la segunda mitad del siglo XIX dando paso a las medidas de inmunización a través de los servicios de medicina preventiva individual.

El paradigma integral:

La formulación de esta teoría aparece como el intento de explicar coherentemente algunos aspectos de la presentación de la enfermedad como fenómeno colectivo, y que podemos centrar en dos aspectos: los fenómenos de cambio en el patrón epidemiológico observados históricamente, y el carácter diferencial de la distribución de la enfermedad en la comunidad. (1)

Aunque por separado, las diversas actividades de salud pública tienen una larga historia. La organización de los departamentos de salud por jurisdicciones gubernamentales (ciudades, condados, distritos, naciones) empezó realmente en el siglo XIX y se centraba inicialmente en el saneamiento. Al comienzo, se prestó atención sobre todo al abastecimiento de agua potable limpia y a la eliminación inocua de desechos humanos y de otro tipo, en particular en los medios urbanos. Seguidamente, se emprendieron iniciativas para el control de las enfermedades transmisibles por otros medios, tal como la tuberculosis. A medida que se ha avanzado en el conocimiento de los factores determinantes de la salud y de las causas de enfermedad, se han ampliado los esfuerzos en materia de salud pública. El interés en el desarrollo de niños sanos se ha traducido en programas de nutrición materno infantil, así como en programas de vacunación y de seguridad del niño. Los programas de seguridad y salud ocupacional se han introducido en una amplia gama de lugares de trabajo. Entre las esferas que recientemente han suscitado interés se encuentran: prevención del cáncer asociado con consumo del tabaco, promoción de la salud mental y reducción de la violencia y el suicidio. La prestación de servicios clínicos a quienes padecen enfermedades concretas tiene mayores probabilidades de asociarse con la salud pública cuando hay pocos servicios de atención médica personal en la comunidad. La salud pública también colabora activamente en caso de desastres naturales o causados por el hombre y vela para que la exposición al riesgo sea limitada y para que los servicios básicos de salud pública se restauren lo más rápido posible. (2)

La Medicina sufrió críticas que se plasmaron en obras clásicas, como las Comedias de Aristófanes en Grecia (s. V a.C), y las de Molière en Francia (s. XVII). Tales críticas, justas o injustas, continuaron hasta la actualidad. Sin embargo, no afectan la consideración social que el saber médico alcanzó en el rango de las ciencias, y la apreciación cultural que su ejercicio merece como actitud y oficio de servir al enfermo. Los médicos naturalistas desde Hipócrates, supieron de sus limitaciones. Probablemente por eso su prioridad era conservar la salud a través de dietas, gimnasia, normas de higiene y estilos de vida. Por eso también sus pacientes eran de clases acomodadas. Más amplia era la clientela de los barberos-cirujanos por sus habilidades traumatológicas. Cuando sobrevenía una epidemia también eran precarios los auxilios que podían ofrecer por el desconocimiento patogénico. Cuando la peste arrasaba París (1345) el rey de Francia consultó a los doctores de la Sorbona y respondieron que ella se debía a una conjunción de planetas que había generado los miasmas de la enfermedad. A partir de una concepción equívoca los médicos resultaban ineptos para curar en estas circunstancias. En los últimos años la Medicina ha sido blanco de críticas despiadadas por parte de una corriente de antimedicina encabezada por Iván Illich. A pesar de ello la Medicina en su evolución y como oficio social se funda en una actitud y oficio solidarios con la persona y la comunidad: ha tendido a elevar el rango del enfermo y el nivel de la cultura. Es cierto que el logro de su saber actual le costó etapas con muchos errores y pocos aciertos y hasta desvaríos que se disimularon, entre otros factores, porque la población no tenía mayores expectativas en ella. Desde el siglo XIX se produjo una creciente medicalización de la enfermedad y otros fenómenos como la salud y la vida misma. Recién la sociedad valoró en plenitud la Medicina a principios del siglo XX, y progresivamente en su transcurso.

El oficio médico generó interpretaciones patogénicas.

Quienes asumieron el oficio médico no sólo buscaron un cuidado más integral en procedimientos, sino también una interpretación de la causa y proceso de la enfermedad. Esta interpretación transitó etapas que pueden ser las siguientes:

· Interpretación EMPÍRICA:

Se limita a las “enfermedades externas” o traumatismos, su causa es la penetración o el choque con un cuerpo extraño visible (vg. flecha, piedra, caída)

· Interpretación ANIMISTA:

El cuerpo extraño visible no permite explicar las “enfermedades internas” y probablemente allí nazca la relación causal con el cuerpo extraño invisible, algo como un principio vital independiente de los cuerpos, anímico. Esta acción anímica sólo puede inscribirse en una concepción de convivencia e interacción de dos mundos superpuestos: uno visible natural, uno invisible o extranatural.

· Interpretación MÁGICA:

La magia tanto antigua como actual, es un intento instrumental de dominar potencias ocultas. Tiene una elaboración simbólica mayor que el animismo. No se resigna a las limitaciones y, sin procedimiento discursivo, encuentra “un atajo entre el conocimiento y el poder”. Renuncia a la interpretación de la enfermedad por causas inmediatas y apela a las causas mediatas provenientes de aquellas potencias que generan males a las personas o grupos. El mito “no es únicamente una narración que se cuente sino una realidad que se vive”. “No es un hecho aislado de la cultura, sino que la conforma en su totalidad”. El rito actualizaba el mito, lo expresaba dramáticamente como afirmación de ciertos ordenamientos sociales o cósmicos. El rito mágico sobre el enfermo responde al mito sobre el origen de la enfermedad.

· Interpretación SACERDOTAL:

Numerosas religiones antiguas concebían un mundo sobrenatural de dioses que interactuaban con el mundo de los hombres, que dictaban ciertas normas y preveían sanciones por su violación. Estas sanciones se interpretaban como causa principal de las enfermedades (enfermedad-pecado). En una religión politeísta suele haber dioses buenos y dioses malos. La religión es la afirmación de la creencia en dioses o en un Dios único con quien es posible relacionarse. Intenta ser una respuesta a las “preguntas últimas” sobre el sentido de la vida y de la muerte.

Cada interpretación generaba sus procedimientos médicos que enriquecían los instintivos y empíricos:
  • la empírica se centraba en la enfermedad o la herida y usaba procedimientos instintivos o empíricos.
  • la animista y la mágica, se centraban en la figura del hechicero, supuesto poseedor de poderes misteriosos frente al proceso misterioso de la enfermedad.
  • la sacerdotal, se centraba –aunque negativamente– en la figura del enfermo, protagonista o poseído de la causa de su enfermedad (pecado o falta) ya que relaciona enfermedad y pecado. (3)

Previo a esto

En las civilizaciones semitas había en la enfermedad una suerte de individualización del enfermo que generaba, por el pecado, su propia dolencia. Para los asirios la palabra “shertu” nombraba por igual a ambos: enfermedad y pecado. (3)

El paradigma antiguo:

Durante el medioevo (entre el Siglo V-XV), especialmente en la Europa occidental, predominó la idea del origen sobrenatural de la enfermedad, fundada en la concepción judeocristiana, que concibe la misma como un castigo divino. A finales del medioevo, se recupera los textos griegos, los cuales traducidos al latín de las lenguas árabes, permiten una relectura de la medicina griega.

El paradigma moderno (siglo XIX):

Este paradigma surge a partir del renacimiento, con la conformación de la nueva sociedad y mentalidad burguesas, apoyadas en los fundamentos empiristas de F. Bacon y J. Locke y como resultado de la incapacidad del paradigma antiguo de ofrecer respuesta efectiva al fenómeno de las grandes pestes.

En la primera versión de este nuevo paradigma, el empirismo clínico, se propone hacer una descripción de todos los fenómenos naturales de la enfermedad, sean estos constantes u ocasionales. Agrupan las enfermedades para disponer de un método curativo apropiado para dichas enfermedades.

Versión anatomoclínica:

Esta versión establece una relación entre los hallazgos anatomopatológicas y los signos y síntomas clínicos.
De esta forma la enfermedad además de su realidad clínica, tiene una realidad anatómica y la lesión se convierte en elemento constituyente de la enfermedad. En este contexto la semiología física (inspección, palpación, percusión y auscultación), procura hacer transparente el cuerpo del paciente.

Versión fisiopatológica:

Esta versión se constituye en explicación alternativa de la versión anatomopatológica de la enfermedad.
Es el referente conceptual para la comprensión del proceso salud-enfermedad.
La enfermedad se presenta por una alteración de la función, como realidad diferente e independiente de la estructura anatómica.
La aplicación de los principios de la fisiología al análisis de la enfermedad constituye la fisiopatología, que explica la enfermedad como un proceso que está sujeto a la realidad física y química de los cuerpos; por tanto, el curso de la enfermedad revela los procesos físico-químicos que acontecen en el organismo.
El síntoma es la expresión de los procesos fisiopatológicos de la enfermedad.
El proceso mórbido se inicia antes de que aparezca la lesión, es decir, cuando se inicia la alteración funcional.

Versión etiopatológica:

La teoría microbiana del origen de las enfermedades fundamenta un nuevo concepto de la enfermedad, recuperando la discusión de la causalidad, la cual había sido ignorada hasta el momento por el paradigma moderno.
Con el desarrollo de la toxicología, el concepto de causalidad microbiana de la enfermedad se amplía al incluir en las causas externas tanto las microbiológicas como las químicas y las físicas.

Versión biomédica:

Durante el siglo XX se integran en una unidad de modo que la lesión, la alteración fisiológica y la etiología se complementan para explicar los procesos mórbidos.
Se centra básicamente en la enfermedad.

ATRIBUTOS DE LA SALUD

• Variación biológica.

  • Permite la adaptación interna (homeostasis).
  • Y externa del organismo a los factores exteriores mediante mecanismos corporales (fisiológicos - psicológicos) y socioculturales.

• Nivel de salud.

  • En estado de cambio permanente.
  • El equilibrio fisiológico es relativo y variable para poder adaptarse al medio. (4)

_________________________________________________________________________________

Bibliografía:

  • Alvear-Bes (2003) Salud pública y enfermería comunitaria. 2da Ed. Mc Graw Hill.
  • Organización Panamericana de la Salud. La enfermería de salud pública y las funciones esenciales de salud pública: bases para el ejercicio profesional en el siglo XXI. Biblioteca Lascasas, 2005; 1. Disponible en 
  • Barragán – Moiso. (2007) Fundamentos de salud pública. UNLP
_____________
Ver tema 6 y 7:

Ver mas: 




Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios