Enfermería del Adulto y Anciano. Tema Nº 3

EDUCACIÓN AL PACIENTE Y FAMILIA.


PARA EDUCAR AL PACIENTE ES NECESARIO SABER CUAL ES LA PERCEPCIÓN DE SU ENFERMEDAD.





  • Hay que tener en cuenta que factores deben considerarse al valorar la percepción del paciente sobre su estado de salud. 
  • Por qué razones puede estar angustiado.
  • Que factores podrían afectar la forma en que reaccione a su enfermedad.
  • Cuáles son las implicancias de su enfermedad a su vida y cómo puede afectar a su familia.
  • Cuál es el nivel de conocimiento en relación a la enfermedad
  • Qué interés tiene en cambiar ciertas conductas que pudieran estar afectando a su salud.
  • Que puede hacer enfermería para ayudar al paciente.

La gente no suele pensar en su salud en los términos científicos. La mayoría de las personas saben cuándo están funcionando a su máximo nivel mental, físico y social, y perciben cuándo están enfermas, según las normas que han establecido para sí mismas. Como cada persona es un individuo único, interpreta su estado de salud y enfermedad desde su punto de vista muy particular. Sin embargo, en estas perspectivas personales influyen considerablemente factores sociales y culturales. Al estudiar la salud del individuo es importante comprender el contexto social en que vive. Todas las sociedades, y los subgrupos que las integran, sustentan ciertas normas o estándares con respecto de la salud y la enfermedad (ej. En algunas culturas la obesidad se considera un estado de buena salud y aconsejable). Las costumbres, tradiciones y leyes de una sociedad también dictan conductas aceptables con respecto de la salud y la enfermedad. Se espera que los individuos tomen todas las medidas necesarias, aprobadas por esa sociedad, para promover y proteger la salud (ej. se espera que los padres lleven a sus niños al médico para su cuidado y revisión regular y que cada niño reciba todas las inmunizaciones recomendadas para proteger la salud). Cuando una persona está enferma, también hay normas de conducta aceptables e inaceptables que la sociedad establece. Se espera que las personas enfermas busquen atención" adecuada" para recuperar la salud y que colaboren con quienes los atienden.


CRITERIOS PARA EVALUAR LA SALUD


Cada persona tiene normas propias para valorar su propio estado de salud. En un estudio para evaluar las diferencias en las actitudes de las personas hacia la salud y la enfermedad, Baumann identificó tres formas en que las personas establecen los criterios para juzgar su estado de salud.

  1. Una era la referente a la presencia o ausencia de síntomas. Por supuesto, el dolor es uno de los trastornos más comunes por los que el individuo juzga su estado de salud. Si alguien tiene dolor, en particular si éste es intenso o persistente, suele considerarse enfermo. El vómito y la fiebre son otros dos síntomas comunes que los individuos por lo general toman por indicación de enfermedad.
  2. Un segundo método por el que las personas juzgan su estado de salud es la forma en que se sienten: están "bien", "a las mil maravillas" o en "su mejor momento"; o "se sienten más o menos", "se sienten mal", "no andan muy bien", o experimentan lo que Selye llamaba "el simple sentirse enfermo".
  3. Un tercer recurso para valorar el estado de salud se fundamenta en la actividad. Con frecuencia, los criterios se relacionan con la capacidad individual para llevar a cabo las actividades diarias. Una persona puede sentir que su salud es buena si trabaja todo el día y aún tiene suficiente energía para jugar al golf o a los bolos por la tarde. Otra puede pensar que está enferma si encuentra que no puede subir corriendo las escaleras sin experimentar insuficiencia respiratoria aguda. Hoy en día hay otro conjunto de criterios de actividad para valorar el estado de salud. Se refiere a las pruebas de la condición o la aptitud física. Los resultados de los conjuntos de pruebas (mediciones y ejecución) se comparan con normas que se establecen con base en la edad, el sexo y la talla corporal. De esta manera, las personas pueden averiguar, por ejemplo, si tienen exceso de tejido adiposo, si su corazón responde normalmente al ejercicio, si su función respiratoria es tan buena como debiera y si su fuerza muscular es superior, inferior o normal para el promedio, según su edad, sexo y talla corporal.


Factores que influyen en la percepción de la salud.


  1. La forma en que las personas consideran su estado de salud tiende a variar con diversos factores. Los sociólogos indican que nuestras normas sobre salud y enfermedad están determinadas tanto por factores sociales y culturales como por la investigación clínica.
  2. El estado socioeconómico y su grado de educación influyen en la manera en que perciben su salud. Las personas que ocupan posiciones socioeconómicas más elevadas, como ejecutivos de negocios y profesionales, profesores universitarios y otros maestros, y las bien educadas en todos los aspectos de la vida, suelen identificar mucho mejor los signos y síntomas de enfermedad que las de estratos socioeconómicos bajos. También se inclinan más por buscar la ayuda de profesionales en áreas de salud, según los síntomas. Los estudios demuestran que las personas pobres se preocupan tanto por su salud como las de clases socioeconómicas más altas, pero con frecuencia la pobreza se acompaña de desconocimiento de los problemas de salud y, también, en algunos casos, de difícil acceso a la atención médica y, en ocasiones, de falta de confianza en los sistemas existentes.
  3. En consecuencia, la gente pobre con baja escolaridad suele considerar sus enfermedades en forma fatalista. La orientación étnica también influye en la forma en que las personas consideran su salud. Es importante recordar que las creencias sobre la salud y los medios para prevenir y tratar enfermedades en otras culturas no siempre coinciden con los de la medicina occidental. Por ejemplo, algunos pueblos consideran que un individuo sano está en armonía o equilibrio con el universo. La enfermedad se considera un desequilibrio, a menudo causado por fuerzas sobrenaturales.
  4. La creencia tradicional china en los principios de Yin y Yang también se basa en una teoría de equilibrio. Para conservar la salud hay que equilibrar las fuerzas de Yin (o aire frío) con las de Yang (o aire caliente).Se considera que cualquier exceso de Yin o de Yang causa enfermedad. Para quienes practican ambas creencias, las curaciones tradicionales consisten en restablecer el equilibrio en el individuo, y entre éste y el universo. Estas creencias pueden originar conflictos con quienes practican la medicina científica occidental. Por ejemplo, es posible que una mujer china que va a tener un hijo en un hospital se resista a dejar la cama o hacer ejercicio después del parto. Según la teoría de Yin y Yang, sus poros permanecen abiertos durante 30 días luego del parto y en esa época ella debe concentrarse en reducir las fuerzas de Yin (aire frío) dentro de su cuerpo. 
  5. Las diferencias culturales afectarán la salud en relación con necesidades particulares. En muchas culturas es prácticamente imposible separar la medicina de la religión. Una creencia muy común sobre la causa de las enfermedades es que el individuo es castigado por sus pecados. Por supuesto, esta idea afectará la reacción de la persona a una enfermedad. Puede sentirse culpable por estar enfermo, o que tendrá que pagar sus pecados sufriendo, y en ocasiones pensar que no merece mejorar. Algunas sectas religiosas creen en la plena eficacia del rezo para ayudar a que los individuos venzan o acepten sus enfermedades, y no creen en la intervención de los médicos u otras personas afines.
  6. También otros factores afectan la percepción del individuo de su estado de salud. Por ejemplo, la edad influye en forma considerable. Las personas de edad avanzada suelen considerar que la salud es uno de los aspectos más importantes en la vida, pero no esperan disfrutarla en el mismo grado que cuando fueron jóvenes. Es posible que la enfermera de salud pública tenga que persuadirlos para que se inscriban en programas de ejercicio encaminados a mejorar su aptitud física, porque pueden pensar que están muy viejos para obtener algún beneficio de ello. Muchos adolescentes se preocupan por su salud y cualquier daño a su piel. En la mayor parte de las culturas se supone que los varones no deben quejarse del dolor tanto como se permite a las mujeres; en consecuencia, quizá tiendan a negar los signos y síntomas tempranas de una enfermedad. Asimismo, las mujeres que asisten a clínicas para cuidados del bebé y similares suelen tener mayor acceso a información relacionada con la salud. Por lo general, en una familia la madre es quien establece el tono de la atención de la salud, y sus actitudes y costumbres influyen en grado considerable en las de sus hijos. Los factores de situación también participan en la percepción de la salud. Por ejemplo, en una familia la madre no suele hacer reposo en cama, aunque le contagien la gripe al enfermarse uno tras otro sus hijos y el marido, porque está muy ocupada en atender a los demás. Con frecuencia, las personas sucumben a una enfermedad después de pasar alguna crisis, una vez que han remitido las tensiones y los esfuerzos y el individuo tiene tiempo para descansar.


Educación a la familia.


La familia es un pilar fundamental en el cuidado del adulto o el anciano en la prevención de riesgos, durante el acompañamiento en todas las etapas de la vida o en la recuperación de las enfermedades.

El profesional de enfermería debe educar en todos los niveles de atención.

El objetivo de la educación al paciente y familia está orientado a acciones permanentes de reducción de riesgos para el paciente y el personal, que pueden encontrarse tanto en los procesos clínicos como en las instalaciones hospitalarias.

Ayuda a mejorar su participación y a tomar decisiones informadas sobre el tratamiento. La educación tiene lugar cuando el paciente interactúa con sus médicos, con el personal de enfermería y con otros profesionales de salud como kinesiólogos, psicólogos, nutricionistas. La mayor parte del personal de salud educa a los pacientes por lo que es importante que coordinen sus actividades y que se centren en lo que el paciente y familiares necesitan aprender. La educación incluye tanto el conocimiento de la enfermedad y del proceso de atención como los cuidados y manejos específicos en casa.

La educación que las instituciones de salud deben realizar debe ser acorde al nivel educativo de los pacientes y debe emplear diversas técnicas para garantizar la correcta comprensión de los conceptos y en el caso de intervenciones como curaciones o manejo de catéteres o el uso de medicamentos, debe comprender la simulación de estas tareas como ejercicio previo al egreso del paciente.

Es necesario identificar las necesidades del paciente y su familia para implementar un plan de atención que dé respuesta a las necesidades durante la hospitalización y el alta, se debe reforzar la importancia del seguimiento del tratamiento, el manejo de la dieta, y cuidados específicos.

La educación debe realizarse de forma activa por parte del personal y de forma pasiva con información escrita y publicada en sitios públicos como salas de espera. Se debe buscar en los familiares un aliado que supervise el correcto manejo del paciente.


A continuación, les comparto unos links relacionados al tema:

Haga click sobre los siguientes links:

1. Principios de la educación de adultos

2. Participación y compromiso del paciente

3. Motivación del paciente

4. Teach back


El deber de la familia es:

  • a). Propiciar un ambiente de amor, respeto, reconocimiento y ayuda.
  • b) Brindar un entorno que satisfaga las necesidades básicas, nutrición adecuada, salud y desarrollo físico, psíquico, psicomotor, emocional y afectivo
  • c) Mantener un contacto con el sistema de salud.
  • d) Proporcionar espacios de recreación, cultura y deporte.
  • e) Brindar apoyo y ayuda especial en situaciones de discapacidad.


Impacto de las enfermedades en la familia


La enfermedad de un miembro de la familia tiene impacto en todos los familiares.

Si el enfermo es quien los mantiene, existe preocupación natural sobre la pérdida de capacidad para conservar la responsabilidad financiera de la familia. Cuando enferma la madre se altera la vida del hogar. Cuando enferma uno de los niños, los padres suelen sufrir una gran ansiedad. Pueden sentirse culpables de ser responsables en cierta forma de la enfermedad del niño.

Si la enfermera comprende algunas de las razones de la conducta de los padres y miembros de la familia, y está consciente de que sus sentimientos sobre esta conducta son normales, podrá aceptar hostilidad y críticas sin mostrar a su vez enojo.

Cuando una persona se hospitaliza, la internación tiene muchos significados para ella y sus familiares. En casa, los cuidados y la responsabilidad tal vez correspondían a otros miembros de la familia. Una vez que ingresa al hospital, la responsabilidad de sus cuidados pasa de los familiares al personal del hospital. Esta transferencia suele producir emociones combinadas de alivio y culpa en los familiares: alivio porque se recibirán cuidados profesionales de personal capacitado y culpa tal vez porque la familia piensa que el paciente estaría más feliz en su casa, o que han transferido responsabilidades que deberían aceptar como familia. Estos sentimientos se expresan en ocasiones verbalmente hacia el personal del hospital o pueden manifestarse por actividades como llevar alimentos al enfermo, o criticar al personal o al hospital.

Si la enfermera identifica las necesidades de los miembros de la familia y solicita su ayuda en las áreas adecuadas de cuidados del paciente, los familiares se sentirán más cómodos y estarán más capacitados para ayudar en su recuperación.

Educación al Paciente y Familia del Paciente Adulto y Anciano

La educación al paciente y su familia es un componente esencial de la atención de enfermería, especialmente cuando se trata de adultos y ancianos. Proporcionar información clara, comprensible y relevante no solo empodera al paciente para participar activamente en su propio cuidado, sino que también facilita la toma de decisiones informadas y promueve mejores resultados de salud a largo plazo. En este artículo, exploraremos la importancia de la educación al paciente y su familia en el contexto de la atención de adultos y ancianos, así como estrategias efectivas para brindar esta educación de manera integral y centrada en el paciente.

Importancia de la Educación al Paciente y Familia

La educación al paciente y su familia es crucial para promover la comprensión de la enfermedad, el manejo de los síntomas, la adherencia al tratamiento y la prevención de complicaciones. En el caso de adultos y ancianos, que a menudo enfrentan enfermedades crónicas o condiciones de salud complejas, la educación adecuada es fundamental para garantizar una atención efectiva y mejorar la calidad de vida.

Empoderamiento del Paciente

La educación permite que el paciente asuma un papel activo en su cuidado, lo que a su vez fomenta un mayor sentido de control y autonomía. Cuando los pacientes comprenden su condición de salud, los tratamientos recomendados y las opciones disponibles, están mejor equipados para tomar decisiones informadas que se alineen con sus valores, preferencias y metas personales.

Mejora de la Adherencia al Tratamiento

La educación al paciente y su familia ayuda a mejorar la adherencia al tratamiento al proporcionar información clara sobre la importancia de seguir las recomendaciones médicas, tomar medicamentos según lo prescrito y realizar cambios en el estilo de vida. Los pacientes que comprenden los beneficios y los riesgos de su tratamiento son más propensos a cumplir con las indicaciones de su equipo de atención médica.

Prevención de Complicaciones

Una comprensión adecuada de la enfermedad y el tratamiento puede ayudar a prevenir complicaciones al permitir que los pacientes reconozcan y respondan a los signos de alerta temprana. Por ejemplo, los pacientes con diabetes que reciben educación sobre el control de la glucosa en sangre pueden tomar medidas para prevenir la hipoglucemia o la hiperglucemia severa.

Promoción de la Autogestión

La educación al paciente y su familia también promueve la autogestión al enseñar habilidades prácticas para el manejo diario de la enfermedad. Esto puede incluir técnicas de autocontrol, manejo del dolor, cuidado de heridas, manejo de dispositivos médicos y adaptación de cambios en el estilo de vida.

Estrategias Efectivas para la Educación al Paciente y Familia

Para que la educación al paciente y su familia sea efectiva, es importante utilizar estrategias que se adapten a las necesidades, preferencias y características individuales de cada paciente. A continuación, se presentan algunas estrategias clave para brindar educación de manera integral y centrada en el paciente:

1.       Evaluación de las Necesidades de Educación

Antes de proporcionar educación, es fundamental realizar una evaluación de las necesidades de educación del paciente y su familia. Esto implica identificar el nivel de comprensión existente, las creencias y percepciones relacionadas con la enfermedad, las barreras para el aprendizaje y las preferencias de estilo de aprendizaje.

2.       Personalización del Plan de Educación

Basándose en la evaluación de las necesidades, se debe desarrollar un plan de educación personalizado que se adapte a las características individuales del paciente y su familia. Esto puede incluir la selección de métodos de enseñanza apropiados, la determinación del momento oportuno para la educación y la elaboración de objetivos claros y alcanzables.

3.       Uso de Métodos de Enseñanza Variados

Para abordar las diferentes preferencias de aprendizaje, es importante utilizar una variedad de métodos de enseñanza, como la enseñanza verbal, demostraciones prácticas, materiales escritos, videos educativos y tecnología digital. La combinación de estos métodos puede ayudar a reforzar el aprendizaje y mejorar la retención de la información.

4.       Fomento de la Participación Activa

Se debe alentar la participación activa del paciente y su familia en el proceso de educación. Esto puede implicar hacer preguntas, expresar preocupaciones, practicar habilidades aprendidas y tomar decisiones relacionadas con el cuidado. La participación activa promueve un mayor compromiso y empoderamiento.

5.       Reevaluación y Reforzamiento

La educación al paciente y su familia no es un evento único, sino un proceso continuo. Es importante realizar una reevaluación periódica de las necesidades de educación y reforzar los conceptos clave según sea necesario. Esto puede incluir sesiones de repaso, seguimiento telefónico o consultas adicionales con el equipo de atención médica.

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Bibliografía

  1. V Delgado, N Pinguil, (2010) Mòdulo Educativo Para la Promociòn de la Salud del Adulto Mayor, Facultad de Ciencias Médicas Universidad de Cuenca.
  2. Dugas (2000), Manual de Enfermería Práctica. McGraw-Hill Interamericana.
  3. Bastable, S. B. (2019). Nurse as educator: Principles of teaching and learning for nursing practice. Jones & Bartlett Learning.
  4. Hinkle, J. L., & Cheever, K. H. (2018). Brunner & Suddarth's textbook of medical-surgical nursing. Wolters Kluwer.
  5. National Institute on Aging. (2021). Aging in the 21st century: A celebration and a challenge. National Institutes of Health.
  6. World Health Organization. (2021). Global strategy and action plan on ageing and health. World Health Organization.

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