Resolución Clínica Quirúrgica
La
"resolución clínica quirúrgica" es un término que se utiliza para
describir el objetivo final de un procedimiento quirúrgico, que es lograr la
curación o mejoría de la condición médica del paciente mediante la intervención
quirúrgica. Se refiere al resultado deseado de la cirugía, en el que se espera
que el problema médico o la enfermedad se hayan abordado y resuelto de manera
efectiva.
La
resolución clínica quirúrgica puede variar según el tipo de cirugía y la
afección médica específica que se esté tratando. En algunos casos, la
resolución completa puede significar la curación total de la enfermedad o la
eliminación completa del problema médico. En otros casos, especialmente en
enfermedades crónicas o complejas, la resolución puede implicar una mejora
significativa en los síntomas y la calidad de vida del paciente, aunque no se
logre una curación completa.
Es
importante destacar que la resolución clínica quirúrgica no solo depende del
procedimiento quirúrgico en sí, sino también de una serie de factores, como el
diagnóstico preciso, la planificación adecuada de la cirugía, la habilidad y
experiencia del cirujano, la atención postoperatoria y la respuesta individual
del paciente al tratamiento.
En cualquier
caso, la evaluación de la resolución clínica quirúrgica se realiza mediante el
seguimiento y la evaluación del paciente después de la cirugía, que puede incluir
exámenes médicos, pruebas de laboratorio, imágenes médicas y la opinión del
paciente sobre su bienestar general y los síntomas asociados a su condición
médica.
¿Cuáles son las urgencias
quirúrgicas más frecuentes?
- Abdomen
agudo no filiado
- Apendicitis aguda
- Colecistitis aguda
- Úlcera
gastroduodenal perforada
- Perforación
de colon
- Obstrucción
intestinal por bridas y adherencias
- Obstrucción
intestinal por tumores o vólvulos de colon
- Patología
ginecológica: salpingitis, embarazo ectópico, quiste ovárico complicado
- Traumatismos
abdominales
- Hernia de hiato complicada con vólvulo gástrico
- Hernia inguinal
complicada
Apendicitis
La
apendicitis aguda es una de las patologías quirúrgicas más frecuentes en el
servicio de urgencias. En muchas ocasiones la forma de presentación es
característica y no comporta duda alguna, pero otras veces el diagnóstico de
certeza no es tan claro y puede ser confundido con otro tipo de patología.
¿Qué ventajas tiene la operación por vía laparoscópica?
La
vía laparoscópica aporta la ventaja de una mejor y mayor exploración de toda la
cavidad abdominal, permite hacer un diagnóstico de certeza y por tanto un
tratamiento más adecuado, con un menor número de complicaciones
postoperatorias, menos dolor y una más pronta reincorporación laboral.
¿Cuándo acudir a urgencias?
Ante
cualquier dolor abdominal de localización inicialmente periumbilical (alrededor
del ombligo), no similar a otros anteriores, y que posteriormente puede
desplazarse hacia el lado inferior derecho del abdomen, debe consultarlo con un
médico. En ocasiones puede aparecer fiebre y vómitos.
¿En qué consiste la intervención?
A
través de un orificio que se hace en el ombligo, introducimos una óptica que
está conectada a un equipo de vídeo, y gracias a dos pequeñas incisiones más se
puede trabajar en el interior de la cavidad abdominal extrayendo el apéndice o
realizando cualquier otra cirugía si fuese necesario. La laparoscopia está
especialmente indicada en casos de obesidad, mujeres con posible patología de
tipo ginecológico, apendicitis muy evolucionadas con presencia de pus o abscesos
intraabdominales, en los casos de situaciones anómalas del apéndice.
Sin
ninguna duda la laparoscopia supone una menor agresión quirúrgica para el
paciente, un menor dolor postoperatorio, una más rápida incorporación laboral,
y un menor riesgo de complicaciones postoperatorias.
Colecistitis
La
colecistitis es la infección y posterior inflamación de la vesícula biliar
generalmente debida a la presencia de piedras en la vesícula biliar.
¿Qué síntomas produce?
Generalmente
el paciente presenta dolor abdominal intenso localizado en el hemiabdomen
superior derecho, náuseas, vómitos, fiebre y en ocasiones ictericia (color
amarillo de la piel).
¿Cómo se diagnostica?
La
prueba más utilizada para detectar la colecistitis es la ultrasonografía
(ecografía). A veces es necesario realizar un TC.
¿Cuál es el tratamiento?
El
tratamiento indicado es la intervención quirúrgica de urgencia a ser posible en
las primeras 72h después del comienzo de los síntomas. La cirugía consiste en
la extirpación de la vesícula biliar (colecistectomía) y se realiza por
laparoscopia.
La
cirugía laparoscópica permite realizar la misma intervención con un menor
número de complicaciones postoperatorias, menos dolor y una más pronta
incorporación a la vida cotidiana.
A
través de una óptica, que se introduce por el ombligo y se conecta a una cámara
de vídeo, y con ayuda de unas pinzas, se trabaja en la zona de la vesícula y se
extrae posteriormente a través del ombligo. La intervención es exactamente igual
que con la cirugía abierta.
El
paciente puede estar dado de alta a las 24-48 horas si no hay ninguna
complicación y reincorporarse a su vida cotidiana en prácticamente una semana.
En
algunos casos evolucionados el tratamiento idóneo es inicialmente tratamiento
antibiótico y posteriormente cirugía (colecistectomía).
Cirugía transumbilical
Hasta
ahora, este tipo de cirugía por laparoscopia se realizaba con 3 ó 4 incisiones
en el abdomen. Sin embargo, modernos dispositivos de última generación nos
permiten realizar la intervención sólo realizando una única incisión en el
ombligo. Esta técnica quirúrgica de cirugía transumbilical se conoce también
como OPUS (One Port Umbilical Surgery) o SILS (Single Incision Laparoscopy
Surgery).
Con la cirugía transumbilical se obtiene un
grado de satisfacción muy alto. En este caso, la incisión quirúrgica queda
disimulada en el pliegue umbilical. Otra de las ventajas radica en que el dolor
postoperatorio es menor y las complicaciones relacionadas con las heridas
quirúrgicas son menores.
Úlcera de estómago
Una úlcera gastroduodenal es una
lesión o herida en la capa interna del estómago o del duodeno (primera porción
del intestino delgado, inmediatamente después del estómago). Se deben a la
acción corrosiva del ácido o de otras secreciones en el estómago y/o en el
duodeno.
¿Cuáles son sus síntomas?
Ambas
producen un dolor característico en la boca del estómago que puede ir
acompañado de náuseas, vómitos y sangrado. Tienen un alto riesgo de
complicaciones graves, como la perforación o el sangrado. En casos crónicos
también se puede dar la complicación de estenosis.
¿Cómo se diagnostica?
Para
diagnosticar una úlcera se realizan las siguientes exploraciones:
·
Gastroscopia
para ver el interior del estómago y duodeno identificando la úlcera (es
importante su biopsia para descartar su origen maligno).
·
Otra
exploración válida es la Radiografía con contraste del estómago y duodeno que
nos permitirá ver las úlceras de manera indirecta.
¿Cuál es el tratamiento?
El
tratamiento fundamental ante toda úlcera no malignizada es el tratamiento
médico con inhibidores de la secreción de ácido gástrico.
La
cirugía sólo está indicada cuando la úlcera no se soluciona con tratamiento
médico, lo cual cada vez es menos frecuente. La cirugía laparoscópica ha
mostrado ser efectiva cuando se mantienen los mismos principios que en la
cirugía abierta y son practicados por cirujanos expertos. También se practica
la cirugía laparoscópica en caso de perforación aguda de una úlcera péptica.
Reflujo gastroesofágico y hernia
de hiato
El reflujo gastroesofágico es una de
las enfermedades más frecuentes en la patología digestiva. Significa el regreso
del alimento junto con ácido gástrico desde el estómago hacia arriba (al
esófago, y en ocasiones, hasta la boca y las vías respiratorias). El reflujo
normalmente es del contenido ácido del estómago y produce la irritación del
esófago que se denomina esofagitis.
En muchas ocasiones se produce porque el cardias (mecanismo esfinteriano que existe entre el esófago y el estómago) no funciona correctamente y parte del contenido ácido del estómago pasa al esófago, cuya mucosa no está preparada para el pH ácido de este líquido gástrico y hace que se produzcan los síntomas. Otras veces además hay un paso de parte del estómago hacia la cavidad torácica, que se denomina hernia de hiato.
¿Cuáles son los síntomas?
Los
síntomas más frecuentes son:
·
Acidez
(sensación de ardor)
·
Regurgitación
(paso del contenido del estómago a la boca)
·
En
ocasiones, síntomas respiratorios como tos irritativa, sensación de ahogo y
dolor torácico o de garganta.
La
consecuencia más grave es la aparición de tumores malignos a nivel de la unión
esófago-gástrica, debido al contacto mantenido del contenido gástrico con la
mucosa esofágica.
¿Cómo se diagnostica?
Para
diagnosticar el reflujo gastroesofágico o la hernia de hiato se realizan las
siguientes exploraciones:
·
Gastroscopia:
nos permitirá ver si el estómago está herniado además de las posibles
complicaciones secundarias al reflujo (esofagitis, etc.).
·
pHmetría
esofágica: nos confirmará si existe reflujo.
·
Manometría
esofágica: valora el movimiento esofágico y la presión del esfínter de la unión
del esófago con el estómago, que será baja.
¿Cuándo es quirúrgico?
La
cirugía se indica cuando el reflujo gastroesofágico no mejora con la
medicación, cuando el paciente depende del tratamiento médico toda la vida para
controlar sus síntomas o cuando aparecen complicaciones derivadas del reflujo
como son las lesiones potencialmente malignas (esófago de Barrett).
Técnica quirúrgica
Actualmente
gracias al desarrollo de la cirugía laparoscópica, este tipo de intervención
puede ser llevada a cabo de una forma menos agresiva, con mínimas incisiones
cutáneas, con una más pronta reincorporación laboral, menor dolor postoperatorio
y con menor índice de complicaciones.
La
técnica quirúrgica es exactamente la misma que con la cirugía convencional,
pero a través de pequeños orificios. Se procede a cerrar parcialmente el
orificio por donde pasa el esófago y posteriormente se rodea con el estómago la
parte final del esófago a modo de corbata o bufanda. El paciente puede ingerir
líquidos a las 24h y ser dado de alta en 48 horas.
En
nuestro equipo practicamos esta técnica desde hace años con muy buenos
resultados.
Hernias
La superespecialización es una parte fundamental de
nuestro compromiso con los pacientes. Esto permite incorporar y ofrecer los
últimos avances médicos obteniendo los mejores resultados en todos aquellos que
depositan su confianza y su salud en nosotros.
Las hernias
se producen cuando una víscera sale fuera del abdomen a través de un orificio
ya existente en la capa muscular.
Es una de
las afecciones más frecuentes (supone entre un 25 y 30% de toda la patología
general quirúrgica) y se originan por el fallo de los mecanismos de resistencia
de la pared abdominal frente a un aumento en la presión intraabdominal.
Tipos de hernias
Podemos
dividir las hernias en cuatro grandes grupos:
·
Hernia
inguinal y crural. Son las
hernias más frecuentes y se localizan en la región de la ingle. Las inguinales
son más frecuentes en el varón y a veces descienden hacia el testículo mientras
que las crurales lo son en la mujer y parecen ganglios en la ingle. En algún
caso pueden estrangularse.
·
Hernias
umbilicales y epigástricas. Son muy
frecuentes y, como su nombre indica, aparecen en el ombligo o por encima de él.
Casi siempre su aparición se relaciona o con un embarazo o con un aumento de
peso.
·
Eventraciones. Son las hernias que aparecen en la cicatriz de
antiguas operaciones y que en la mayoría de los casos se han producido por una
mala cicatrización en la primera intervención debido a sangrado, absceso o
esfuerzos no controlados que han provocado un cierre deficiente.
·
Otras
hernias. Existen otros
tipos de hernias, mucho menos frecuentes, como las pararrectales o de Spiegel o
las hernias lumbares.
¿Cuáles son los síntomas?
En la
mayoría de ocasiones se identifican por la aparición de un bulto.
Otras
veces, el síntoma inicial es el dolor, que delata la existencia de la hernia en
la exploración llevada a cabo en la consulta.
Rara vez se
presentan de manera aguda con estrangulación (situación en que quedan atrapadas
por el propio anillo por el que salen), pero en este caso se deben intervenir
inmediatamente.
¿Deben operarse las hernias y eventraciones?
Al tratarse
de enfermedades ocasionadas por un defecto muscular, la solución pasa por la
cirugía.
Su objetivo
es la corrección definitiva evitando la reaparición de la misma y procurando la
máxima satisfacción del paciente.
La experiencia
demuestra que el mejor tratamiento es la hernioplastia sin tensión, es decir,
corregir la hernia con prótesis para reforzar de forma segura el defecto en la
pared abdominal.
La
posibilidad de estrangulación debe ser evitada, ya que implica siempre cirugía
de urgencia y riesgo muy grave de perforación del intestino contenido en la
hernia. Las técnicas hoy en día utilizadas son mínimamente invasivas, con un
postoperatorio confortable y rápida reiniciación de la actividad habitual.
En cambio,
si la intervención es postergada durante años, la hernia es de mayor tamaño y
exige un tratamiento más agresivo.
¿En qué consiste la intervención?
En la
mayoría de ocasiones se procede, bajo anestesia regional, al cierre del defecto
herniario mediante la colocación de una malla de material perfectamente
tolerado por el organismo.
La
filosofía de la cirugía de la hernia y de la eventración se basa en conseguir
la curación definitiva (nuestra tasa de reaparición de la hernia es menor al
1%). Pero ello debe conjugarse con unos buenos resultados estéticos, mediante
la realización de heridas quirúrgicas de pequeña longitud, y suturas cutáneas
características de la cirugía estética. Todo esto posibilita un postoperatorio
confortable, con un ingreso de unas pocas horas, y una reincorporación mucho
más rápida a la actividad cotidiana y laboral.
¿Se puede realizar por laparoscopia?
Sí. Nuestro
equipo cuenta con la formación y los medios necesarios para realizar la
intervención quirúrgica mediante laparoscopia, tanto de la hernia inguinal como
de la eventración.
Una
valoración cuidadosa de cada paciente servirá para indicar la técnica más
apropiada a su caso. En principio, son candidatos a la cirugía laparoscópica
los pacientes con una hernia inguinal recidivada o aquellos con hernia
bilateral.
En cuanto a
la eventración, si es de mediano o pequeño tamaño el tratamiento con esta
técnica consigue excelentes resultados.
Se procede
igualmente a la colocación de mallas pero con la única realización de 3
incisiones de aproximadamente 1 cm.
¿Cuándo acudir al médico?
Ante
cualquier bulto de aparición bajo la piel en cualquiera de estas zonas (ingle,
ombligo, cicatriz previa, etc.) y sobre todo si éste desaparece al tumbarse o
duele, debe consultar con su médico de cabecera o directamente al cirujano,
quien le explicará si se trata de una hernia y del tipo de intervención más
adecuado.
¿Cómo prevenir este tipo de enfermedades?
Independientemente
de la predisposición genética y del deterioro de la pared abdominal con la
edad, hay algunos hábitos poco saludables que pueden ser la causa de la
aparición de estas enfermedades. Así, realizar determinado tipo de esfuerzos
físicos, levantar pesos de una forma brusca e incontrolada, la obesidad, la tos
crónica de los fumadores, el estreñimiento, etc... son algunas de las causas
que pueden favorecer la aparición de hernias. Por tanto el llevar una vida
saludable con un ejercicio adecuado nos ayudará a evitar esta patología.
Asimismo la prevencion de
condiciones que requieren resolucion clinica quirurgica puede variar segun la
enfermedad o el problema medico especifico. Sin embargo, hay algunas medidas
generales que puedes tomar para reducir el riesgo de desarrollar ciertas
enfermedades y, en consecuencia, evitar la necesidad de una intervención
quirúrgica. Aquí hay algunas recomendaciones generales:
1.
Mantener un estilo de vida saludable: Adopta una dieta equilibrada y
rica en nutrientes, realiza actividad física regular y evita el consumo de
tabaco, alcohol y drogas.
2.
Alimentación saludable: Consume una dieta equilibrada que incluya
frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Limita
la ingesta de alimentos procesados, azúcares añadidos y grasas saturadas.
Controla las porciones y evita comer en exceso.
3.
Actividad física regular: Realice ejercicio de forma regular para
mantener un peso saludable
Bibliografía
1.
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de Enfermería 8ed –Editorial Elsevier
2.
Hinkle. Cheever. (2019). Enfermeria
medicoquirúrgica Brunner y Suddarth. 14a Ed. - Editorial Wolter - Kluwer.
3.
Berman- Snyder - Kozier -Erb
(2008). Fundamentos de enfermería Vol II- Editorial Pearson.
VeVer tema 10
El peri operatorio: preoperatorio, intraoperatorio y postoperatorio.
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