Enfermería del Adulto y Anciano. Tema Nº 9

 Resolución Clínica Quirúrgica



La "resolución clínica quirúrgica" es un término que se utiliza para describir el objetivo final de un procedimiento quirúrgico, que es lograr la curación o mejoría de la condición médica del paciente mediante la intervención quirúrgica. Se refiere al resultado deseado de la cirugía, en el que se espera que el problema médico o la enfermedad se hayan abordado y resuelto de manera efectiva.

 

La resolución clínica quirúrgica puede variar según el tipo de cirugía y la afección médica específica que se esté tratando. En algunos casos, la resolución completa puede significar la curación total de la enfermedad o la eliminación completa del problema médico. En otros casos, especialmente en enfermedades crónicas o complejas, la resolución puede implicar una mejora significativa en los síntomas y la calidad de vida del paciente, aunque no se logre una curación completa.

 

Es importante destacar que la resolución clínica quirúrgica no solo depende del procedimiento quirúrgico en sí, sino también de una serie de factores, como el diagnóstico preciso, la planificación adecuada de la cirugía, la habilidad y experiencia del cirujano, la atención postoperatoria y la respuesta individual del paciente al tratamiento.

 

En cualquier caso, la evaluación de la resolución clínica quirúrgica se realiza mediante el seguimiento y la evaluación del paciente después de la cirugía, que puede incluir exámenes médicos, pruebas de laboratorio, imágenes médicas y la opinión del paciente sobre su bienestar general y los síntomas asociados a su condición médica.

¿Cuáles son las urgencias quirúrgicas más frecuentes?







Apendicitis

La apendicitis aguda es una de las patologías quirúrgicas más frecuentes en el servicio de urgencias. En muchas ocasiones la forma de presentación es característica y no comporta duda alguna, pero otras veces el diagnóstico de certeza no es tan claro y puede ser confundido con otro tipo de patología.

¿Qué ventajas tiene la operación por vía laparoscópica?

La vía laparoscópica aporta la ventaja de una mejor y mayor exploración de toda la cavidad abdominal, permite hacer un diagnóstico de certeza y por tanto un tratamiento más adecuado, con un menor número de complicaciones postoperatorias, menos dolor y una más pronta reincorporación laboral.

¿Cuándo acudir a urgencias?

Ante cualquier dolor abdominal de localización inicialmente periumbilical (alrededor del ombligo), no similar a otros anteriores, y que posteriormente puede desplazarse hacia el lado inferior derecho del abdomen, debe consultarlo con un médico. En ocasiones puede aparecer fiebre y vómitos.

¿En qué consiste la intervención?

A través de un orificio que se hace en el ombligo, introducimos una óptica que está conectada a un equipo de vídeo, y gracias a dos pequeñas incisiones más se puede trabajar en el interior de la cavidad abdominal extrayendo el apéndice o realizando cualquier otra cirugía si fuese necesario. La laparoscopia está especialmente indicada en casos de obesidad, mujeres con posible patología de tipo ginecológico, apendicitis muy evolucionadas con presencia de pus o abscesos intraabdominales, en los casos de situaciones anómalas del apéndice.

Sin ninguna duda la laparoscopia supone una menor agresión quirúrgica para el paciente, un menor dolor postoperatorio, una más rápida incorporación laboral, y un menor riesgo de complicaciones postoperatorias.

Colecistitis




La colecistitis es la infección y posterior inflamación de la vesícula biliar generalmente debida a la presencia de piedras en la vesícula biliar.

 

 

¿Qué síntomas produce?

Generalmente el paciente presenta dolor abdominal intenso localizado en el hemiabdomen superior derecho, náuseas, vómitos, fiebre y en ocasiones ictericia (color amarillo de la piel).

¿Cómo se diagnostica?

La prueba más utilizada para detectar la colecistitis es la ultrasonografía (ecografía). A veces es necesario realizar un TC.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento indicado es la intervención quirúrgica de urgencia a ser posible en las primeras 72h después del comienzo de los síntomas. La cirugía consiste en la extirpación de la vesícula biliar (colecistectomía) y se realiza por laparoscopia.

La cirugía laparoscópica permite realizar la misma intervención con un menor número de complicaciones postoperatorias, menos dolor y una más pronta incorporación a la vida cotidiana.

A través de una óptica, que se introduce por el ombligo y se conecta a una cámara de vídeo, y con ayuda de unas pinzas, se trabaja en la zona de la vesícula y se extrae posteriormente a través del ombligo. La intervención es exactamente igual que con la cirugía abierta.

El paciente puede estar dado de alta a las 24-48 horas si no hay ninguna complicación y reincorporarse a su vida cotidiana en prácticamente una semana.

En algunos casos evolucionados el tratamiento idóneo es inicialmente tratamiento antibiótico y posteriormente cirugía (colecistectomía).





Cirugía transumbilical

Hasta ahora, este tipo de cirugía por laparoscopia se realizaba con 3 ó 4 incisiones en el abdomen. Sin embargo, modernos dispositivos de última generación nos permiten realizar la intervención sólo realizando una única incisión en el ombligo. Esta técnica quirúrgica de cirugía transumbilical se conoce también como OPUS (One Port Umbilical Surgery) o SILS (Single Incision Laparoscopy Surgery).

 


Con la cirugía transumbilical se obtiene un grado de satisfacción muy alto. En este caso, la incisión quirúrgica queda disimulada en el pliegue umbilical. Otra de las ventajas radica en que el dolor postoperatorio es menor y las complicaciones relacionadas con las heridas quirúrgicas son menores.

 

Úlcera de estómago



Una úlcera gastroduodenal es una lesión o herida en la capa interna del estómago o del duodeno (primera porción del intestino delgado, inmediatamente después del estómago). Se deben a la acción corrosiva del ácido o de otras secreciones en el estómago y/o en el duodeno.

 

 

¿Cuáles son sus síntomas?

Ambas producen un dolor característico en la boca del estómago que puede ir acompañado de náuseas, vómitos y sangrado. Tienen un alto riesgo de complicaciones graves, como la perforación o el sangrado. En casos crónicos también se puede dar la complicación de estenosis.

¿Cómo se diagnostica?

Para diagnosticar una úlcera se realizan las siguientes exploraciones:

·         Gastroscopia para ver el interior del estómago y duodeno identificando la úlcera (es importante su biopsia para descartar su origen maligno).

·         Otra exploración válida es la Radiografía con contraste del estómago y duodeno que nos permitirá ver las úlceras de manera indirecta.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento fundamental ante toda úlcera no malignizada es el tratamiento médico con inhibidores de la secreción de ácido gástrico.

La cirugía sólo está indicada cuando la úlcera no se soluciona con tratamiento médico, lo cual cada vez es menos frecuente. La cirugía laparoscópica ha mostrado ser efectiva cuando se mantienen los mismos principios que en la cirugía abierta y son practicados por cirujanos expertos. También se practica la cirugía laparoscópica en caso de perforación aguda de una úlcera péptica.

 

Reflujo gastroesofágico y hernia de hiato



El reflujo gastroesofágico es una de las enfermedades más frecuentes en la patología digestiva. Significa el regreso del alimento junto con ácido gástrico desde el estómago hacia arriba (al esófago, y en ocasiones, hasta la boca y las vías respiratorias). El reflujo normalmente es del contenido ácido del estómago y produce la irritación del esófago que se denomina esofagitis.



En muchas ocasiones se produce porque el cardias (mecanismo esfinteriano que existe entre el esófago y el estómago) no funciona correctamente y parte del contenido ácido del estómago pasa al esófago, cuya mucosa no está preparada para el pH ácido de este líquido gástrico y hace que se produzcan los síntomas. Otras veces además hay un paso de parte del estómago hacia la cavidad torácica, que se denomina hernia de hiato.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más frecuentes son:

·         Acidez (sensación de ardor)

·         Regurgitación (paso del contenido del estómago a la boca)

·         En ocasiones, síntomas respiratorios como tos irritativa, sensación de ahogo y dolor torácico o de garganta.

La consecuencia más grave es la aparición de tumores malignos a nivel de la unión esófago-gástrica, debido al contacto mantenido del contenido gástrico con la mucosa esofágica.

¿Cómo se diagnostica?

Para diagnosticar el reflujo gastroesofágico o la hernia de hiato se realizan las siguientes exploraciones:

·         Gastroscopia: nos permitirá ver si el estómago está herniado además de las posibles complicaciones secundarias al reflujo (esofagitis, etc.).

·         pHmetría esofágica: nos confirmará si existe reflujo.

·         Manometría esofágica: valora el movimiento esofágico y la presión del esfínter de la unión del esófago con el estómago, que será baja.

¿Cuándo es quirúrgico?

La cirugía se indica cuando el reflujo gastroesofágico no mejora con la medicación, cuando el paciente depende del tratamiento médico toda la vida para controlar sus síntomas o cuando aparecen complicaciones derivadas del reflujo como son las lesiones potencialmente malignas (esófago de Barrett).

Técnica quirúrgica

Actualmente gracias al desarrollo de la cirugía laparoscópica, este tipo de intervención puede ser llevada a cabo de una forma menos agresiva, con mínimas incisiones cutáneas, con una más pronta reincorporación laboral, menor dolor postoperatorio y con menor índice de complicaciones.

La técnica quirúrgica es exactamente la misma que con la cirugía convencional, pero a través de pequeños orificios. Se procede a cerrar parcialmente el orificio por donde pasa el esófago y posteriormente se rodea con el estómago la parte final del esófago a modo de corbata o bufanda. El paciente puede ingerir líquidos a las 24h y ser dado de alta en 48 horas.

En nuestro equipo practicamos esta técnica desde hace años con muy buenos resultados.

Hernias



La superespecialización es una parte fundamental de nuestro compromiso con los pacientes. Esto permite incorporar y ofrecer los últimos avances médicos obteniendo los mejores resultados en todos aquellos que depositan su confianza y su salud en nosotros.

Las hernias se producen cuando una víscera sale fuera del abdomen a través de un orificio ya existente en la capa muscular.

Es una de las afecciones más frecuentes (supone entre un 25 y 30% de toda la patología general quirúrgica) y se originan por el fallo de los mecanismos de resistencia de la pared abdominal frente a un aumento en la presión intraabdominal.

Tipos de hernias

Podemos dividir las hernias en cuatro grandes grupos:

·         Hernia inguinal y crural. Son las hernias más frecuentes y se localizan en la región de la ingle. Las inguinales son más frecuentes en el varón y a veces descienden hacia el testículo mientras que las crurales lo son en la mujer y parecen ganglios en la ingle. En algún caso pueden estrangularse.

·         Hernias umbilicales y epigástricas. Son muy frecuentes y, como su nombre indica, aparecen en el ombligo o por encima de él. Casi siempre su aparición se relaciona o con un embarazo o con un aumento de peso.

·         Eventraciones. Son las hernias que aparecen en la cicatriz de antiguas operaciones y que en la mayoría de los casos se han producido por una mala cicatrización en la primera intervención debido a sangrado, absceso o esfuerzos no controlados que han provocado un cierre deficiente.

·         Otras hernias. Existen otros tipos de hernias, mucho menos frecuentes, como las pararrectales o de Spiegel o las hernias lumbares.

¿Cuáles son los síntomas?

En la mayoría de ocasiones se identifican por la aparición de un bulto.

Otras veces, el síntoma inicial es el dolor, que delata la existencia de la hernia en la exploración llevada a cabo en la consulta.

Rara vez se presentan de manera aguda con estrangulación (situación en que quedan atrapadas por el propio anillo por el que salen), pero en este caso se deben intervenir inmediatamente.

¿Deben operarse las hernias y eventraciones?

Al tratarse de enfermedades ocasionadas por un defecto muscular, la solución pasa por la cirugía.

Su objetivo es la corrección definitiva evitando la reaparición de la misma y procurando la máxima satisfacción del paciente.

La experiencia demuestra que el mejor tratamiento es la hernioplastia sin tensión, es decir, corregir la hernia con prótesis para reforzar de forma segura el defecto en la pared abdominal.

La posibilidad de estrangulación debe ser evitada, ya que implica siempre cirugía de urgencia y riesgo muy grave de perforación del intestino contenido en la hernia. Las técnicas hoy en día utilizadas son mínimamente invasivas, con un postoperatorio confortable y rápida reiniciación de la actividad habitual.

En cambio, si la intervención es postergada durante años, la hernia es de mayor tamaño y exige un tratamiento más agresivo.

¿En qué consiste la intervención?

En la mayoría de ocasiones se procede, bajo anestesia regional, al cierre del defecto herniario mediante la colocación de una malla de material perfectamente tolerado por el organismo.

La filosofía de la cirugía de la hernia y de la eventración se basa en conseguir la curación definitiva (nuestra tasa de reaparición de la hernia es menor al 1%). Pero ello debe conjugarse con unos buenos resultados estéticos, mediante la realización de heridas quirúrgicas de pequeña longitud, y suturas cutáneas características de la cirugía estética. Todo esto posibilita un postoperatorio confortable, con un ingreso de unas pocas horas, y una reincorporación mucho más rápida a la actividad cotidiana y laboral.

¿Se puede realizar por laparoscopia?

Sí. Nuestro equipo cuenta con la formación y los medios necesarios para realizar la intervención quirúrgica mediante laparoscopia, tanto de la hernia inguinal como de la eventración.

Una valoración cuidadosa de cada paciente servirá para indicar la técnica más apropiada a su caso. En principio, son candidatos a la cirugía laparoscópica los pacientes con una hernia inguinal recidivada o aquellos con hernia bilateral.

En cuanto a la eventración, si es de mediano o pequeño tamaño el tratamiento con esta técnica consigue excelentes resultados.

Se procede igualmente a la colocación de mallas pero con la única realización de 3 incisiones de aproximadamente 1 cm.

¿Cuándo acudir al médico?

Ante cualquier bulto de aparición bajo la piel en cualquiera de estas zonas (ingle, ombligo, cicatriz previa, etc.) y sobre todo si éste desaparece al tumbarse o duele, debe consultar con su médico de cabecera o directamente al cirujano, quien le explicará si se trata de una hernia y del tipo de intervención más adecuado.

¿Cómo prevenir este tipo de enfermedades?

Independientemente de la predisposición genética y del deterioro de la pared abdominal con la edad, hay algunos hábitos poco saludables que pueden ser la causa de la aparición de estas enfermedades. Así, realizar determinado tipo de esfuerzos físicos, levantar pesos de una forma brusca e incontrolada, la obesidad, la tos crónica de los fumadores, el estreñimiento, etc... son algunas de las causas que pueden favorecer la aparición de hernias. Por tanto el llevar una vida saludable con un ejercicio adecuado nos ayudará a evitar esta patología.

 

Asimismo la prevencion de condiciones que requieren resolucion clinica quirurgica puede variar segun la enfermedad o el problema medico especifico. Sin embargo, hay algunas medidas generales que puedes tomar para reducir el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades y, en consecuencia, evitar la necesidad de una intervención quirúrgica. Aquí hay algunas recomendaciones generales:

 

1.      Mantener un estilo de vida saludable: Adopta una dieta equilibrada y rica en nutrientes, realiza actividad física regular y evita el consumo de tabaco, alcohol y drogas.

2.      Alimentación saludable: Consume una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Limita la ingesta de alimentos procesados, azúcares añadidos y grasas saturadas. Controla las porciones y evita comer en exceso.

3.      Actividad física regular: Realice ejercicio de forma regular para mantener un peso saludable

 

Bibliografía

1.      POTTER PERRY (2013). Fundamentos de Enfermería 8ed –Editorial Elsevier

2.      Hinkle. Cheever. (2019). Enfermeria medicoquirúrgica Brunner y Suddarth. 14a Ed. - Editorial Wolter - Kluwer.

3.      Berman- Snyder - Kozier -Erb (2008). Fundamentos de enfermería Vol II- Editorial Pearson.




VeVer tema 10

El peri operatorio: preoperatorio, intraoperatorio y postoperatorio.




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