Salud Pública: Unidad 4. Tema 12

Responsabilidades individuales y políticas de Estado en la construcción de estilos de vida saludables. Interdisciplina e intersectorialidad en la promoción de la salud.




Responsabilidades individuales y políticas de Estado en la construcción de estilos de vida saludables.




La construcción de estilos de vida saludables es un proceso complejo que involucra tanto la responsabilidad individual como las políticas y acciones del Estado, así como la participación activa de la comunidad. La salud es un bien social supremo y un derecho humano fundamental, lo que implica una responsabilidad compartida para garantizar el bienestar de todos.

La Responsabilidad Individual y los Estilos de Vida Saludables





Los estilos de vida son formas de vida basadas en patrones de comportamiento identificables, determinados por la interacción entre las características personales individuales, las interacciones sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales. Estos patrones están continuamente sujetos a interpretación y cambio en diversas situaciones sociales.

La práctica de salud personal incluye decisiones individuales (conductas) que afectan directamente la salud, como fumar, elecciones dietarias y actividad física. Los individuos también poseen habilidades para cubrirse, que son recursos internos para prevenir enfermedades, aumentar la autoconfianza y manejar influencias externas. El estilo de vida es considerado el determinante más influyente en la salud y el más modificable a través de actividades de promoción de la salud.

Sin embargo, es crucial evitar la "culpabilización" de la víctima, enmarcando los estilos de vida en planos de determinación más amplios, como las condiciones de vida, que están en gran medida fuera del control inmediato del individuo. Las condiciones de vida son producto de circunstancias sociales y económicas, y del entorno físico, todo lo cual puede tener un impacto en la salud.

Entre los factores de riesgo que afectan la salud individual se incluyen el hábito del tabaco, las adicciones, el abuso de alcohol, el sedentarismo, así como factores biológicos y ambientales. Para las enfermedades no transmisibles, los principales factores de riesgo son el tabaco, el alcohol, la hipertensión arterial, la inactividad física, la hipercolesterolemia, el sobrepeso-obesidad y una dieta no saludable.

El Rol del Estado y las Políticas Públicas Sanitarias

El Estado tiene la responsabilidad de intervenir en los determinantes de la salud para buscar mejores condiciones para los colectivos. Su función es desarrollar una política global de bien común, y se considera un garante del derecho a la salud para todos, sin discriminaciones.

Las políticas públicas saludables son decisiones gubernamentales que buscan impulsar la cultura de la salud, crear ambientes saludables, reforzar la acción comunitaria, desarrollar aptitudes personales y reorientar los servicios de salud hacia la accesibilidad y la equidad.

Áreas clave de intervención del Estado:

      Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades: Son objetivos fundamentales de los programas de salud. El Estado debe promover hábitos y estilos de vida saludables, y prevenir enfermedades. Las actividades de promoción de la salud buscan brindar a individuos, familias o comunidades mejores posibilidades para enfrentar el proceso salud-enfermedad. La prevención se enfoca en modificar favorablemente factores de riesgo específicos. Esto incluye inmunizaciones, saneamiento ambiental e intervenciones sobre modos de vida nocivos [inicial response].

      Abordaje de los Determinantes Sociales de la Salud (DSS): El Estado tiene la responsabilidad de intervenir en los determinantes de la salud. Los determinantes de la salud son el conjunto de factores personales, sociales, económicos y ambientales que determinan el estado de salud de los individuos o poblaciones. Estos incluyen los comportamientos y estilos de vida, ingresos y posición social, educación, trabajo, acceso a servicios sanitarios y entornos físicos. Las políticas deben reenfocarse "río arriba" desde los factores de riesgo individual hacia los modelos sociales y estructurales que originan las oportunidades para ser saludable. La acción intersectorial es crucial para abordar los determinantes sociales.

      Regulación y Fiscalización: El Estado debe establecer normas básicas y exigir su cumplimiento a todos los componentes y subsectores del sector salud, sean públicos o privados. Esto incluye la regulación de la calidad del ambiente, servicios médicos, medicamentos, tecnologías y actividades comerciales que puedan afectar la salud. Por ejemplo, se plantea la necesidad de leyes para el etiquetado de alimentos o prohibir el acceso a ciertos productos para generar condiciones de vida saludable.

      Inversión en Salud: El Estado es el principal responsable de la financiación y organización de la prestación de servicios de salud. Es vital fortalecer la capacidad de los sistemas de salud para absorber eficazmente nuevos fondos y asegurar que los recursos lleguen a los niveles de distrito y comunidad. La buena salud es básica para la prosperidad nacional, y se deben presentar pruebas documentales de los vínculos entre salud y desarrollo para convencer a los tomadores de decisiones de la necesidad de mayores asignaciones al sector.

      Desarrollo de Recursos Humanos: Es prioritario reorientar las políticas de recursos humanos en salud y la formación de especialistas, especialmente en medicina familiar y salud pública.

      Coordinación Intersectorial e Integración de Programas: Las políticas de salud deben articularse con políticas de desarrollo social, ciencia y tecnología, y desarrollo industrial. La acción intersectorial requiere la presencia en el diseño de políticas, planes y programas a nivel nacional (como "Salud en Todas las Políticas") y en la ejecución de proyectos específicos a nivel local.

Fortalecimiento de la Acción Comunitaria





El fortalecimiento de la acción comunitaria es un eje principal para la promoción de la salud. Los miembros de las comunidades poseen información y capacidades para detectar problemas, definir necesidades y modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas de su entorno. Esto permite que la población sea parte activa en el diseño y elaboración de políticas públicas de salud a través del trabajo conjunto con los gobiernos locales.

      Empoderamiento y Cohesión Social: Se busca que los individuos y las comunidades ganen control sobre su propia situación y proyectos de vida. Fomentar la confianza y reciprocidad fortalece la defensa de la comunidad contra los riesgos de salud.

      Mecanismos de Participación: Se promueven espacios como las Mesas de Trabajo Intersectorial (MTI) a nivel municipal. El programa Municipios y Comunidades Saludables propone una herramienta de gestión para consolidar un ámbito propicio para la elaboración colectiva de políticas de promoción de la salud en el territorio. Estas mesas son espacios de trabajo, discusión, reflexión, construcción y gestión de políticas públicas, donde convergen el conocimiento local y el equipo humano capaz de incidir en la realidad.

      Enfoque Territorial: La salud y la enfermedad ocurren en un lugar específico, con características y dificultades particulares, por lo que la planificación y acción deben basarse en las necesidades de las personas y sus comunidades en un territorio determinado.

      Rol del Equipo de Salud: Los equipos de salud deben trabajar de manera coordinada con la comunidad. La Atención Primaria de la Salud (APS), especialmente a través de la Estrategia de Salud Familiar y Comunitaria (ESFyC), organiza equipos de salud para trabajar en el primer nivel de atención, ampliando la asistencia y buscando las necesidades no expresadas de salud en el terreno, involucrando a la comunidad como protagonista de su propio cuidado.

Metodologías para la Implementación de Políticas de Salud y Estilos de Vida Saludables

La planificación y ejecución de intervenciones en salud pública se basan en diversas metodologías:

      Diagnóstico de Situación y Análisis de Necesidades: Incluye el Análisis de Situación de Salud (ASIS), una metodología para conocer los problemas de salud y sus factores determinantes, identificando grupos vulnerables y brechas de inequidad. Se utilizan indicadores epidemiológicos y sociales, encuestas a la comunidad, entrevistas a referentes y grupos focales.

      Planificación Estratégica y Operativa: Define objetivos, prioridades, asignación de recursos y actividades concretas, considerando la factibilidad y eficacia de las intervenciones.

      Gestión por Resultados: Implica el seguimiento del cumplimiento de objetivos y metas, la medición del desempeño a través de indicadores y la asunción de responsabilidad para obtener resultados.

      Investigación y Generación de Evidencia: Es fundamental para informar la toma de decisiones en política sanitaria, con énfasis en la contextualización de la evidencia a nivel local y nacional. Se ha impulsado la creación de una Agenda Nacional de Investigación en Salud Pública.

      Comunicación Social y Educación: Es esencial desarrollar una estrategia de comunicación social en materia de salud para reforzar la información y educación de la ciudadanía sobre el sistema de atención, sus derechos y las prácticas generadoras de salud.

En síntesis, la construcción de estilos de vida saludables requiere de un esfuerzo concertado donde la responsabilidad individual se vea apoyada, promovida y protegida por políticas públicas estatales fuertes y coordinadas, y por una acción comunitaria activa y empoderada, que juntas aborden los determinantes sociales de la salud y trabajen hacia la equidad y el bienestar colectivo.

Interdisciplina e intersectorialidad en la promoción de la salud.

 

La construcción de estilos de vida saludables es un proceso que se beneficia enormemente de la interdisciplinariedad y la intersectorialidad, enfoques clave para abordar la complejidad de la salud y sus determinantes.

1. Interdisciplinariedad en la Promoción de la Salud

La interdisciplinariedad implica la integración de diversas disciplinas para la resolución de problemas de salud. La salud pública, por ejemplo, no debería ser vista como una disciplina científica única, sino como un campo transdisciplinar que requiere la integración de múltiples saberes y disciplinas para comprender la complejidad del proceso salud-enfermedad.

Esto se traduce en la formación de equipos de salud interdisciplinarios orientados al primer nivel de atención, promoviendo el abordaje intersectorial. Este enfoque busca un diálogo entre saberes y disciplinas al interior del equipo para la resolución integral de los problemas de salud de la comunidad. Es fundamental que los profesionales de la salud, incluyendo médicos y enfermeras, estén preparados para trabajar en colaboración y respetar tanto las diferencias como las similitudes entre disciplinas.

Ejemplos de la necesidad de este abordaje incluyen:

      La tuberculosis, que requiere un abordaje interdisciplinario del proceso salud-enfermedad-atención, especialmente en el primer nivel de atención.

      La formación de profesionales de la salud, donde se necesitan nuevas definiciones de profesiones y especializaciones alineadas con los desafíos de los modelos de atención integrales e integrados, centrados en las personas y las comunidades.

2. Intersectorialidad en la Promoción de la Salud

La intersectorialidad se define como la intervención coordinada de instituciones representativas de más de un sector social en acciones destinadas, total o parcialmente, a tratar problemas vinculados con la salud, el bienestar y la calidad de vida. Es un reconocimiento de que un problema de salud no se soluciona pensando solo desde el sector salud.

Niveles de Intersectorialidad:

      Información: Un primer paso para construir un lenguaje común y entender las lógicas de otros sectores, identificando aspectos complementarios.

      Cooperación: Busca mayor eficiencia mediante una relación de cooperación, que puede ser estratégica y conducida por la salud pública, presente en la ejecución de programas.

      Coordinación: Implica el ajuste de políticas y programas entre sectores para mayor eficiencia y eficacia, a menudo con instancias formales de trabajo y financiamiento compartido.

      Integración: El nivel superior, donde se definen nuevas políticas o programas en conjunto, con formulación y financiamiento compartidos basados en un objetivo social común.

Importancia y Objetivos de la Intersectorialidad:

      Constituye un recurso fundamental para la solución de problemas de salud y el bienestar de la comunidad.

      Es necesaria para abordar los determinantes sociales de la salud y crear relaciones sinérgicas entre actores y sectores, requiriendo vínculos estrechos entre áreas públicas, privadas y no gubernamentales.

      Las políticas públicas de salud deben trascender las fronteras de cada sector, tanto en su diseño como en su implementación a nivel local.

      El Estado, como garante del derecho a la salud, debe promover la integración de programas y el trabajo coordinado de las instituciones para lograr una respuesta complementaria, eficiente y equitativa. Esto incluye la coordinación con otros ministerios (Educación, Desarrollo Social, Vivienda, Finanzas, Comercio, etc.).

      Favorece la incorporación de temas de salud y equidad en la agenda de diferentes sectores.

      Promueve alianzas positivas entre lo público y lo privado para lograr cambios necesarios en favor de la salud.

Mecanismos y Aplicaciones de la Intersectorialidad:

      Políticas Públicas Saludables: Decisiones gubernamentales que impulsan la cultura de la salud, crean ambientes saludables, refuerzan la acción comunitaria y desarrollan aptitudes personales.

      Mesas de Trabajo Intersectorial (MTI): Son espacios clave para el desarrollo de la participación comunitaria y la construcción colectiva de respuestas a problemas de salud, donde convergen actores locales y conocimientos sobre la realidad del territorio.

      Programas Nacionales: Iniciativas como "Ciudades, Municipios y Comunidades Saludables" promueven la acción colectiva e intersectorial para la promoción de la salud y el abordaje de sus determinantes sociales. La estrategia de Salud Familiar y Comunitaria es el eje territorial de la Cobertura Universal de Salud, articulando políticas públicas nacionales para que lleguen al territorio de manera integrada.

      Inversión en Salud: La planificación de la salud no debe contemplar solo las acciones del ministerio de salud, sino también las de otros ministerios que influyen en la salud, como educación, agua y saneamiento, y medio ambiente. Es esencial la coordinación intersectorial para lograr un aumento de las inversiones en salud y dar mayor prominencia al papel de la salud en los procesos de desarrollo.

3. Desafíos en la Implementación

A pesar de su importancia, la acción intersectorial ha enfrentado dificultades históricas.

      Falta de Pruebas Cuantitativas: Expertos sanitarios a menudo no han podido aportar pruebas cuantitativas sobre los efectos sanitarios específicos de actividades en sectores ajenos a la salud, como vivienda o transporte.

      Estructuras Gubernamentales Rígidas: Los límites verticales entre las secciones del gobierno y los procesos presupuestarios mal adaptados a enfoques intersectoriales son obstáculos. Los programas integrados a menudo son vistos como una amenaza a los presupuestos de sectores específicos o a su autonomía funcional.

      Incentivos Limitados: Pocos incentivos económicos para apoyar iniciativas intersectoriales y una posición débil de los sectores de salud y medio ambiente dentro de muchos gobiernos.

      Falta de Coordinación: El sector salud a menudo carece de coordinación en la planificación y ejecución de programas, lo que lleva a la superposición de objetivos y duplicación de esfuerzos.

La interdisciplinariedad e intersectorialidad son pilares fundamentales para la construcción de estilos de vida saludables, ya que la salud es un fenómeno complejo que requiere la colaboración de múltiples saberes y actores, más allá del sector sanitario, para abordar sus determinantes sociales y lograr el bienestar colectivo.

 

Bibliografía:

  • Alberti, A. (2017). Módulo Nº 2. Herramientas de Epidemiología. (Curso en Salud Social y Comunitaria). Buenos Aires, Argentina: Ministerio de Salud de la Nación.
  • Barragán, H. L. (2007). Fundamentos de Salud Pública. La Plata, Argentina: Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
  • Ciuffolini, M. B., & Jure, H. (2017). Abordaje integral del Proceso Salud Enfermedad Atención. Revista de la Facultad de Medicina de la UNNE
  • Gómez, J., & Rubio, C. (2017). Módulo Nº 1. Salud y Sociedad. (Curso en Salud Social y Comunitaria). Buenos Aires, Argentina: Ministerio de Salud de la Nación.

 








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