Responsabilidades individuales y políticas de Estado en la construcción de estilos de vida saludables. Interdisciplina e intersectorialidad en la promoción de la salud.
Responsabilidades
individuales y políticas de Estado en la construcción de estilos de vida
saludables.
La construcción de estilos de vida
saludables es un proceso complejo que involucra tanto la responsabilidad individual como las políticas y acciones del Estado, así como la participación activa de la comunidad. La salud es un bien social
supremo y un derecho humano fundamental, lo que implica una responsabilidad
compartida para garantizar el bienestar de todos.
La
Responsabilidad Individual y los Estilos de Vida Saludables
Los estilos de vida son formas de vida basadas en patrones de
comportamiento identificables, determinados por la interacción entre las
características personales individuales, las interacciones sociales y las
condiciones de vida socioeconómicas y ambientales. Estos patrones están
continuamente sujetos a interpretación y cambio en diversas situaciones
sociales.
La práctica de salud personal incluye decisiones individuales
(conductas) que afectan directamente la salud, como fumar, elecciones dietarias
y actividad física. Los individuos también poseen habilidades para cubrirse, que son recursos internos para prevenir
enfermedades, aumentar la autoconfianza y manejar influencias externas. El
estilo de vida es considerado el determinante más influyente en la salud y el
más modificable a través de actividades de promoción de la salud.
Sin embargo, es crucial evitar la
"culpabilización" de la víctima, enmarcando los estilos de vida en
planos de determinación más amplios, como las condiciones de vida, que están en gran medida fuera del control
inmediato del individuo. Las condiciones de vida son producto de circunstancias
sociales y económicas, y del entorno físico, todo lo cual puede tener un
impacto en la salud.
Entre los factores de riesgo que afectan la salud individual se incluyen el
hábito del tabaco, las adicciones, el abuso de alcohol, el sedentarismo, así
como factores biológicos y ambientales. Para las enfermedades no transmisibles,
los principales factores de riesgo son el tabaco, el alcohol, la hipertensión
arterial, la inactividad física, la hipercolesterolemia, el sobrepeso-obesidad
y una dieta no saludable.
El Rol del
Estado y las Políticas Públicas Sanitarias
El Estado tiene la responsabilidad de intervenir en los determinantes
de la salud para buscar mejores condiciones para los colectivos. Su función es
desarrollar una política global de bien
común, y se considera un garante del derecho a la salud para todos, sin
discriminaciones.
Las políticas públicas saludables son decisiones gubernamentales que
buscan impulsar la cultura de la salud, crear ambientes saludables, reforzar la
acción comunitaria, desarrollar aptitudes personales y reorientar los servicios
de salud hacia la accesibilidad y la equidad.
Áreas clave de intervención del Estado:
●
Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades: Son objetivos fundamentales de los programas de salud. El Estado
debe promover hábitos y estilos de vida saludables, y prevenir enfermedades.
Las actividades de promoción de la salud buscan brindar a individuos, familias
o comunidades mejores posibilidades para enfrentar el proceso salud-enfermedad.
La prevención se enfoca en modificar favorablemente factores de riesgo
específicos. Esto incluye inmunizaciones, saneamiento ambiental e
intervenciones sobre modos de vida nocivos [inicial response].
●
Abordaje de los Determinantes Sociales de la Salud
(DSS): El Estado tiene la responsabilidad de
intervenir en los determinantes de la salud. Los determinantes de la salud son
el conjunto de factores personales, sociales, económicos y ambientales que
determinan el estado de salud de los individuos o poblaciones. Estos incluyen
los comportamientos y estilos de vida, ingresos y posición social, educación,
trabajo, acceso a servicios sanitarios y entornos físicos. Las políticas deben
reenfocarse "río arriba" desde los factores de riesgo individual hacia
los modelos sociales y estructurales que originan las oportunidades para ser
saludable. La acción intersectorial es crucial para abordar los determinantes
sociales.
●
Regulación y Fiscalización: El Estado debe establecer normas básicas y exigir su cumplimiento
a todos los componentes y subsectores del sector salud, sean públicos o
privados. Esto incluye la regulación de la calidad del ambiente, servicios
médicos, medicamentos, tecnologías y actividades comerciales que puedan afectar
la salud. Por ejemplo, se plantea la necesidad de leyes para el etiquetado de
alimentos o prohibir el acceso a ciertos productos para generar condiciones de
vida saludable.
●
Inversión en Salud: El
Estado es el principal responsable de la financiación y organización de la
prestación de servicios de salud. Es vital fortalecer la capacidad de los
sistemas de salud para absorber eficazmente nuevos fondos y asegurar que los
recursos lleguen a los niveles de distrito y comunidad. La buena salud es
básica para la prosperidad nacional, y se deben presentar pruebas documentales
de los vínculos entre salud y desarrollo para convencer a los tomadores de
decisiones de la necesidad de mayores asignaciones al sector.
●
Desarrollo de Recursos Humanos: Es prioritario reorientar las políticas de recursos humanos en
salud y la formación de especialistas, especialmente en medicina familiar y
salud pública.
●
Coordinación Intersectorial e Integración de
Programas: Las políticas de salud deben
articularse con políticas de desarrollo social, ciencia y tecnología, y
desarrollo industrial. La acción intersectorial requiere la presencia en el
diseño de políticas, planes y programas a nivel nacional (como "Salud en
Todas las Políticas") y en la ejecución de proyectos específicos a nivel
local.
Fortalecimiento
de la Acción Comunitaria
El fortalecimiento de la acción
comunitaria es un eje principal para la
promoción de la salud. Los miembros de las comunidades poseen información y
capacidades para detectar problemas, definir necesidades y modificar las
condiciones sociales, ambientales y económicas de su entorno. Esto permite que
la población sea parte activa en el
diseño y elaboración de políticas públicas de salud a través del trabajo
conjunto con los gobiernos locales.
●
Empoderamiento y Cohesión Social: Se busca que los individuos y las comunidades ganen control sobre
su propia situación y proyectos de vida. Fomentar la confianza y reciprocidad
fortalece la defensa de la comunidad contra los riesgos de salud.
●
Mecanismos de Participación: Se promueven espacios como las Mesas de Trabajo Intersectorial (MTI) a nivel municipal. El
programa Municipios y Comunidades
Saludables propone una herramienta de gestión para consolidar un ámbito
propicio para la elaboración colectiva de políticas de promoción de la salud en
el territorio. Estas mesas son espacios de trabajo, discusión, reflexión,
construcción y gestión de políticas públicas, donde convergen el conocimiento
local y el equipo humano capaz de incidir en la realidad.
●
Enfoque Territorial: La
salud y la enfermedad ocurren en un lugar específico, con características y
dificultades particulares, por lo que la planificación y acción deben basarse
en las necesidades de las personas y sus comunidades en un territorio
determinado.
●
Rol del Equipo de Salud:
Los equipos de salud deben trabajar de manera coordinada con la comunidad. La Atención Primaria de la Salud (APS),
especialmente a través de la Estrategia de Salud Familiar y Comunitaria
(ESFyC), organiza equipos de salud para trabajar en el primer nivel de
atención, ampliando la asistencia y buscando las necesidades no expresadas de
salud en el terreno, involucrando a la comunidad como protagonista de su propio
cuidado.
Metodologías
para la Implementación de Políticas de Salud y Estilos de Vida Saludables
La planificación y ejecución de
intervenciones en salud pública se basan en diversas metodologías:
●
Diagnóstico de Situación y Análisis de Necesidades: Incluye el Análisis de
Situación de Salud (ASIS), una metodología para conocer los problemas de
salud y sus factores determinantes, identificando grupos vulnerables y brechas
de inequidad. Se utilizan indicadores epidemiológicos y sociales, encuestas a
la comunidad, entrevistas a referentes y grupos focales.
●
Planificación Estratégica y Operativa: Define objetivos, prioridades, asignación de recursos y
actividades concretas, considerando la factibilidad y eficacia de las
intervenciones.
●
Gestión por Resultados:
Implica el seguimiento del cumplimiento de objetivos y metas, la medición del
desempeño a través de indicadores y la asunción de responsabilidad para obtener
resultados.
●
Investigación y Generación de Evidencia: Es fundamental para informar la toma de decisiones en política
sanitaria, con énfasis en la contextualización de la evidencia a nivel local y
nacional. Se ha impulsado la creación de una Agenda Nacional de Investigación
en Salud Pública.
●
Comunicación Social y Educación: Es esencial desarrollar una estrategia de comunicación social en
materia de salud para reforzar la información y educación de la ciudadanía
sobre el sistema de atención, sus derechos y las prácticas generadoras de
salud.
En síntesis, la construcción de
estilos de vida saludables requiere de un esfuerzo
concertado donde la responsabilidad
individual se vea apoyada, promovida y protegida por políticas públicas estatales fuertes y coordinadas, y por una acción comunitaria activa y empoderada,
que juntas aborden los determinantes sociales de la salud y trabajen hacia la
equidad y el bienestar colectivo.
Interdisciplina
e intersectorialidad en la promoción de la salud.
La construcción de estilos de vida
saludables es un proceso que se beneficia enormemente de la interdisciplinariedad y la intersectorialidad, enfoques clave para
abordar la complejidad de la salud y sus determinantes.
1.
Interdisciplinariedad en la Promoción de la Salud
La interdisciplinariedad implica la integración de diversas
disciplinas para la resolución de problemas de salud. La salud pública, por
ejemplo, no debería ser vista como una disciplina científica única, sino como
un campo transdisciplinar que
requiere la integración de múltiples saberes y disciplinas para comprender la
complejidad del proceso salud-enfermedad.
Esto se traduce en la formación de equipos de salud interdisciplinarios
orientados al primer nivel de atención, promoviendo el abordaje intersectorial.
Este enfoque busca un diálogo entre
saberes y disciplinas al interior del equipo para la resolución integral de
los problemas de salud de la comunidad. Es fundamental que los profesionales de
la salud, incluyendo médicos y enfermeras, estén preparados para trabajar en
colaboración y respetar tanto las diferencias como las similitudes entre
disciplinas.
Ejemplos de la necesidad de este
abordaje incluyen:
●
La
tuberculosis, que requiere un abordaje
interdisciplinario del proceso salud-enfermedad-atención, especialmente en
el primer nivel de atención.
●
La
formación de profesionales de la salud, donde se necesitan nuevas definiciones
de profesiones y especializaciones alineadas con los desafíos de los modelos de
atención integrales e integrados, centrados en las personas y las comunidades.
2.
Intersectorialidad en la Promoción de la Salud
La intersectorialidad se define como la intervención coordinada de instituciones representativas de más de un
sector social en acciones destinadas, total o parcialmente, a tratar
problemas vinculados con la salud, el bienestar y la calidad de vida. Es un
reconocimiento de que un problema de salud no se soluciona pensando solo desde
el sector salud.
Niveles de Intersectorialidad:
●
Información: Un primer
paso para construir un lenguaje común y entender las lógicas de otros sectores,
identificando aspectos complementarios.
●
Cooperación: Busca mayor
eficiencia mediante una relación de cooperación, que puede ser estratégica y
conducida por la salud pública, presente en la ejecución de programas.
●
Coordinación: Implica el
ajuste de políticas y programas entre sectores para mayor eficiencia y
eficacia, a menudo con instancias formales de trabajo y financiamiento
compartido.
●
Integración: El nivel
superior, donde se definen nuevas políticas o programas en conjunto, con
formulación y financiamiento compartidos basados en un objetivo social común.
Importancia y Objetivos de la Intersectorialidad:
●
Constituye
un recurso fundamental para la solución de problemas de salud y el bienestar de
la comunidad.
●
Es
necesaria para abordar los determinantes
sociales de la salud y crear relaciones sinérgicas entre actores y
sectores, requiriendo vínculos estrechos entre áreas públicas, privadas y no
gubernamentales.
●
Las
políticas públicas de salud deben trascender las fronteras de cada sector,
tanto en su diseño como en su implementación a nivel local.
●
El
Estado, como garante del derecho a la salud, debe promover la integración de
programas y el trabajo coordinado de las instituciones para lograr una
respuesta complementaria, eficiente y equitativa. Esto incluye la coordinación
con otros ministerios (Educación, Desarrollo Social, Vivienda, Finanzas,
Comercio, etc.).
●
Favorece
la incorporación de temas de salud y
equidad en la agenda de diferentes sectores.
●
Promueve alianzas positivas entre lo público y lo
privado para lograr cambios necesarios en favor de la salud.
Mecanismos y Aplicaciones de la Intersectorialidad:
●
Políticas Públicas Saludables: Decisiones gubernamentales que impulsan la cultura de la salud,
crean ambientes saludables, refuerzan la acción comunitaria y desarrollan
aptitudes personales.
●
Mesas de Trabajo Intersectorial (MTI): Son espacios clave para el desarrollo de la participación
comunitaria y la construcción colectiva de respuestas a problemas de salud,
donde convergen actores locales y conocimientos sobre la realidad del
territorio.
●
Programas Nacionales:
Iniciativas como "Ciudades, Municipios y Comunidades Saludables"
promueven la acción colectiva e intersectorial para la promoción de la salud y
el abordaje de sus determinantes sociales. La estrategia de Salud Familiar y
Comunitaria es el eje territorial de la Cobertura Universal de Salud,
articulando políticas públicas nacionales para que lleguen al territorio de
manera integrada.
●
Inversión en Salud: La
planificación de la salud no debe contemplar solo las acciones del ministerio
de salud, sino también las de otros ministerios que influyen en la salud, como
educación, agua y saneamiento, y medio ambiente. Es esencial la coordinación
intersectorial para lograr un aumento de las inversiones en salud y dar mayor
prominencia al papel de la salud en los procesos de desarrollo.
3. Desafíos
en la Implementación
A pesar de su importancia, la acción
intersectorial ha enfrentado dificultades históricas.
●
Falta de Pruebas Cuantitativas: Expertos sanitarios a menudo no han podido aportar pruebas
cuantitativas sobre los efectos sanitarios específicos de actividades en
sectores ajenos a la salud, como vivienda o transporte.
●
Estructuras Gubernamentales Rígidas: Los límites verticales entre las secciones del gobierno y los
procesos presupuestarios mal adaptados a enfoques intersectoriales son
obstáculos. Los programas integrados a menudo son vistos como una amenaza a los
presupuestos de sectores específicos o a su autonomía funcional.
●
Incentivos Limitados:
Pocos incentivos económicos para apoyar iniciativas intersectoriales y una
posición débil de los sectores de salud y medio ambiente dentro de muchos
gobiernos.
●
Falta de Coordinación:
El sector salud a menudo carece de coordinación en la planificación y ejecución
de programas, lo que lleva a la superposición de objetivos y duplicación de
esfuerzos.
La interdisciplinariedad e intersectorialidad
son pilares fundamentales para la construcción de estilos de vida saludables,
ya que la salud es un fenómeno complejo que requiere la colaboración de
múltiples saberes y actores, más allá del sector sanitario, para abordar sus
determinantes sociales y lograr el bienestar colectivo.
Bibliografía:
- Alberti, A. (2017). Módulo Nº 2. Herramientas de Epidemiología. (Curso en Salud Social y Comunitaria). Buenos Aires, Argentina: Ministerio de Salud de la Nación.
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