Enfermería del Adulto y el Anciano. Tema Nº 5. (g)

 ALTERACIÓN DE LA TERMORREGULACIÓN

CONTROL DE LA TEMPERATURA CORPORAL



TEMPERATURA CORPORAL

Fisiología

La temperatura corporal es la diferencia entre la cantidad de calor producida por los procesos corporales y la cantidad de pérdida de calor al entorno externo.

Es la constante vital del organismo en la cual es regulado por medio de mecanismos nerviosos y neurológicos, es un elemento esencial para el mantenimiento de las funciones vitales del organismo, es así como el organismo humano no perece ante un aumento exagerado de temperatura o una disminución marcada de esta.

Siendo una actividad vital regulable se deben tomar las medidas para evitar complicaciones derivadas de la alteración de la temperatura, se debe tener control fisiológico de esta constante, sobre todo reajustando los factores que la alteran.

Calor producido - Pérdida de calor = Temperatura corporal

La temperatura de la superficie varía dependiendo del flujo sanguíneo a la piel y de la cantidad de pérdida de calor al entorno externo. El lugar de la medición de la temperatura (oral, rectal, axilar, membrana timpánica, arteria temporal, esofágica, arteria pulmonar o incluso la vejiga urinaria) No existe una única temperatura que sea normal para todas las personas. La medición de la temperatura corporal está destinada a obtener una media representativa de la temperatura central de los tejidos corporales. Las zonas que reflejan las temperaturas centrales son indicadores más fiables de la temperatura corporal que las que reflejan las temperaturas de la superficie.

Regulación.

Los mecanismos fisiológicos y conductuales regulan el equilibrio entre la pérdida de calor y el calor producido, o termorregulación. Promover la regulación de la temperatura.

Control neuronal y vascular. El hipotálamo, localizado entre los hemisferios cerebrales, controla la temperatura corporal.

El hipotálamo anterior controla la pérdida de calor y el hipotálamo posterior, la producción de calor. Entre Los mecanismos de pérdida de calor se incluyen sudar, vasodilatación (ensanchamiento) de los vasos sanguíneos e inhibición de la producción de calor. El cuerpo redistribuye la sangre a los vasos superficiales para promover la pérdida de calor. Mecanismos de conservación del calor: vasoconstricción de los vasos sanguíneos, reduce el flujo sanguíneo a la piel y a las extremidades, contracción de los músculos voluntarios y temblores musculares. Tiritar: cuando no funciona la vasoconstricción. 

Termorregulación: depende de la función normal de los procesos de producción de calor. El calor producido por el cuerpo es un derivado del metabolismo, que es la reacción química en todas las células corporales. El alimento es la fuente primaria de combustible para el metabolismo. Las actividades que requieren reacciones químicas adicionales aumentan el ritmo metabólico. A medida que el metabolismo aumenta, se produce calor adicional. La producción de calor ocurre durante el descanso, los movimientos voluntarios, el temblor involuntario y la termogénesis sin tiritar.



• El metabolismo basal es responsable del calor producido por el cuerpo en reposo absoluto. Las hormonas tiroideas también afectan al MB. Al promover la descomposición de la glucosa y grasa corporales, las hormonas tiroideas aumentan la velocidad de las reacciones químicas en casi todas las células del cuerpo. Cuando se segregan grandes cantidades de hormonas tiroideas, el MB puede aumentar un 100% por encima de lo normal. La ausencia de hormonas tiroideas reduce a la mitad el MB, causando una disminución en la producción de calor. La hormona testosterona del sexo masculino aumenta el MB. Los varones tienen un MB más alto que las mujeres.

• Los movimientos voluntarios, como la actividad muscular durante el ejercicio, requieren energía adicional. El índice metabólico aumenta durante la actividad, haciendo a veces que la producción de calor aumente hasta 50 veces la normal.

• Tiritar es una respuesta involuntaria a las diferencias de temperatura en el cuerpo. El movimiento del músculo esquelético mientras se tirita requiere una energía significativa. A veces el tiritar aumenta la producción de calor de 4 a 5 veces más de lo normal. El calor que se produce ayuda a igualar la temperatura corporal y se deja de tiritar. En pacientes vulnerables tiritar consume gravemente las fuentes de energía, dando como resultado un deterioro fisiológico mayor.

• La termogénesis sin tiritar ocurre fundamentalmente en los neonatos.

Hipertermia

La conducción es la transferencia de calor de un objeto a otro con contacto directo. Los sólidos, líquidos y gases conducen el calor por medio del contacto. Cuando la piel caliente toca un objeto más frío, se pierde calor. Normalmente la conducción es responsable de una pequeña cantidad de pérdida de calor. Aplicar un paquete de hielo o bañar al paciente con un paño frío aumenta la pérdida de calor por conducción. Poner varias capas de ropa reduce la pérdida por conducción. El cuerpo gana calor por conducción cuando entra en contacto con materiales más calientes que la temperatura de la piel

La convección es la transferencia de calor hacia fuera por el movimiento del aire. Un ventilador promueve la pérdida de calor por convección. La pérdida de calor por convección aumenta cuando la piel húmeda entra en contacto con aire que se mueve ligeramente.

La evaporación es la transferencia de la energía de calor cuando un líquido se convierte en gas. El cuerpo pierde continuamente calor por evaporación. Aproximadamente de 600 a 900 mil por día se evaporan desde la piel y los pulmones, ocasionando pérdida de agua y calor. Por medio de la regulación de la transpiración o el sudor, el cuerpo promueve la pérdida adicional de calor por evaporación. Cuando la temperatura corporal sube, el hipotálamo anterior activa las glándulas sudoríparas para liberar sudor a través de pequeñísimos conductos sobre la superficie de la piel. El sudor se evapora, lo que provoca pérdida de calor. Durante el ejercicio físico más del 80% del calor producido se pierde por evaporación.

Diaforesis es la transpiración visible que ocurre fundamentalmente sobre la frente o en la parte superior del tórax, aunque se puede ver en otros lugares del cuerpo. Por cada hora de ejercicio en condiciones calurosas se pierde aproximadamente 11 de líquido corporal en sudor. La evaporación excesiva causa descamación de la piel, picores y sequedad de las fosas nasales y la faringe. Una temperatura corporal reducida inhibe la secreción de las glándulas sudoríparas. Las personas con ausencia congénita de glándulas sudoríparas o una enfermedad grave de la piel que deteriora la sudoración no pueden tolerar temperaturas calientes debido a que no pueden enfriarse adecuadamente. La piel en la regulación de la temperatura. La piel regula la temperatura por medio del aislamiento corporal, la vasoconstricción (que afecta a la cantidad del flujo sanguíneo y a la pérdida de calor de la piel) y la sensación de la temperatura. La piel, el tejido subcutáneo y la grasa mantienen el calor dentro del cuerpo. Las personas con más grasa corporal tienen más aislamiento natural que las personas delgadas y musculosas. En el cuerpo humano los órganos internos producen calor; durante el ejercicio o el aumento de estimulación simpática la cantidad de calor producida es mayor que la temperatura central normal. La sangre fluye desde los órganos internos, llevando el calor a la superficie del cuerpo. La piel tiene muchos vasos sanguíneos, especialmente en las áreas de las manos, los pies y las orejas. El flujo sanguíneo a través de esas áreas vasculares de la piel varía desde un flujo mínimo a incluso el 30% de la sangre expulsada desde el corazón. El calor se transfiere desde la sangre, a través de las paredes de los vasos, a la superficie de la piel y se pierde en el entorno mediante los mecanismos de pérdida de calor. La temperatura central del cuerpo se mantiene dentro de límites seguros. El grado de vasoconstricción determina la cantidad de flujo sanguíneo y pérdida de calor de la piel. Si la temperatura central es demasiado alta, el hipotálamo inhibe la vasoconstricción. Como resultado, los vasos sanguíneos se dilatan y alcanza más sangre la superficie de la piel. En un día caluroso y húmedo los vasos sanguíneos de las manos se dilatan y se ven más fácilmente. Por el contrario, si la temperatura central baja demasiado, el hipotálamo inicia la vasoconstricción y el flujo sanguíneo a la piel es menor para conservar el calor.

Control conductual.

Las personas sanas pueden mantener una temperatura corporal confortable cuando se exponen a temperaturas extremas. La capacidad de una persona para controlar la temperatura corporal depende de:

1) el grado de temperatura extrema,

2) la capacidad de la persona de sentirse cómoda o incómoda,

3) los procesos de pensamiento o emociones, y

4) la movilidad de la persona o su capacidad para quitarse o ponerse más ropa.

Las personas no pueden controlar la temperatura corporal si cualquiera de estas capacidades se pierde. Por ejemplo, los lactantes pueden sentir las condiciones cálidas incómodas, pero necesitan ayuda para cambiar su entorno. Los ancianos a veces necesitan ayuda al detectar ambientes fríos y minimizar la pérdida de calor. Las enfermedades, una disminución del nivel de consciencia o el deterioro de los procesos de pensamiento ocasionan incapacidad para reconocer la necesidad de cambiar la conducta para el control de la temperatura. Cuando las temperaturas llegan a ser extremadamente calientes o filas, las conductas que promueven la salud, como quitarse o ponerse ropa, tienen un efecto limitado en el control de la temperatura.

Factores que afectan a la temperatura corporal

Ocurren cuando los mecanismos fisiológicos o conductuales alteran la relación entre la producción y la pérdida de calor.

Factores a valorar:

·        Edad. Al nacer el recién nacido deja un entorno cálido, relativamente constante, y entra en uno en el que la temperatura fluctúa ampliamente. Los mecanismos de control de la temperatura están inmaduros. La temperatura de un lactante responde drásticamente a los cambios del entorno. El enfermero debe poner un cuidado extra para proteger a los recién nacidos de las temperaturas ambientales. Ha de proporcionar ropa adecuada y evitar la exposición de los lactantes a temperaturas extremas. Un recién nacido pierde hasta el 30% del calor corporal a través de la cabeza, por lo que debe llevar gorro para evitar la pérdida de calor. Cuando está protegido de las temperaturas extremas ambientales, la temperatura corporal del recién nacido es normalmente de 35,5 °C a 37,5 °C. La regulación de la temperatura es inestable hasta que los niños alcanzan la pubertad. El rango de temperatura normal desciende gradualmente a medida que las personas se aproximan a la edad adulta tardía. El anciano tiene un rango más estrecho de temperatura corporal que el adulto joven. A veces se encuentran temperaturas orales de 35 °C en los ancianos cuando hace frío. Sin embargo, la temperatura corporal media de los ancianos es aproximadamente de 36 °C. Los ancianos son particularmente sensibles a las temperaturas extremas debido al deterioro de los mecanismos de control, particularmente el mal control vasomotor (control de la vasoconstricción y vasodilatación), la reducción de las cantidades de tejido subcutáneo, la reducción de la actividad de las glándulas sudoríparas y la reducción del metabolismo.

·        Ejercicio. La actividad muscular requiere un aumento del suministro sanguíneo y de la descomposición de los carbohidratos y la grasa. Cualquier forma de ejercicio aumenta el metabolismo y la producción de calor y, por tanto, la temperatura corporal. El ejercicio enérgico prolongado, como correr largas distancias, eleva temporalmente la temperatura corporal.

·        Nivel hormonal. Las mujeres generalmente experimentan mayores fluctuaciones de temperatura corporal que los varones. Las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual causan fluctuaciones de la temperatura corporal. Los niveles de progesterona se elevan y caen cíclicamente durante el ciclo menstrual. Cuando los niveles de progesterona son bajos, la temperatura corporal está unas décimas de grado por debajo del nivel basal. La temperatura más baja persiste hasta que la ovulación se produce. Durante la ovulación entran en el sistema circulatorio mayores cantidades de progesterona y elevan la temperatura corporal a los niveles basales previos o más altos. Estas variaciones de temperatura ayudan a predecir los días fértiles de las mujeres para lograr un embarazo. Los cambios en la temperatura corporal también ocurren en las mujeres durante la menopausia (cese de la menstruación). Las mujeres que han dejado de menstruar experimentan a menudo períodos de intenso calor corporal y sudoración que duran de 30 segundos a 5 minutos. Durante esos períodos a menudo la temperatura de la piel tiene aumentos intermitentes de hasta 4 °C, denominados sofocos. Esto se debe a la inestabilidad de los controles vasomotores para la vasodilatación y vasoconstricción.

·        Ritmo circadiano. La temperatura corporal normalmente cambia de 0,5 °C a 1 °C durante un período de 24 horas. Sin embargo, la temperatura es uno de los ritmos más estables en el ser humano. La temperatura es normalmente más baja entre la 1:00 y las 4:00 a.m. (fig. 29-2). Durante el día la temperatura corporal se eleva constantemente hasta un valor de temperatura máximo aproximadamente las 4:00 p.m. y entonces desciende a los niveles de la mañana temprano. Los patrones de temperatura no se invierten automáticamente en las personas que trabajan de noche y duermen durante el día. Lleva de 1 a 3 semanas que el ciclo se invierta. En general, el ritmo de la temperatura circadiana no cambia con la edad.

·        Estrés. El estrés físico y emocional aumenta la temperatura corporal mediante la estimulación hormonal y neuronal. Estos cambios fisiológicos aumentan el metabolismo, lo que incrementa la producción de calor. Un paciente que está nervioso por entrar en un hospital o en una consulta del profesional sanitario a menudo tiene una temperatura normal más alta.

·        Entorno. El entorno influye en la temperatura corporal. Cuando está en una habitación caliente un paciente puede ser incapaz de regular la temperatura corporal por los mecanismos de pérdida de calor y la temperatura corporal puede elevarse. Si el paciente estuviera fuera en el frío sin ropa de abrigo, la temperatura corporal podría bajar como consecuencia de la pérdida considerable de calor por radiación y conducción. Las temperaturas ambientales afectan a los lactantes y a los ancianos más a menudo debido a que sus mecanismos reguladores de temperatura son menos eficaces.

·        Alteraciones de la temperatura. Los cambios de la temperatura corporal fuera del rango normal están relacionados con la producción excesiva de calor, la pérdida excesiva de calor, la producción mínima de calor, la pérdida mínima de calor o cualquier combinación de estas alteraciones.

Fiebre.

La fiebre, o pirexia, ocurre cuando los mecanismos de pérdida de calor no pueden mantener el mismo ritmo que una producción excesiva de calor, lo que da lugar a una elevación anómala de la temperatura corporal,  no es dañina normalmente si permanece por debajo de 39 °C. Una única lectura de la temperatura no siempre indica fiebre. Además de los signos y síntomas de infección, la determinación de la fiebre está basada en varias lecturas de la temperatura en diferentes momentos del día comparadas con el valor normal para esa persona en esa hora. Una fiebre verdadera proviene de una alteración en el punto fijo del hipotálamo. Los pirógenos, como las bacterias y los virus, elevan la temperatura corporal que actúan como antígenos, desencadenando las respuestas del sistema inmunológico. El hipotálamo reacciona para elevar el punto fijo, y el cuerpo responde produciendo y conservando el calor. Pasan varias horas antes de que la temperatura corporal alcance el nuevo punto fijo. Durante este período una persona sufre escalofríos y temblores y siente frío, aunque la temperatura corporal se esté elevando.

La fase de escalofrío determina cuándo se alcanza el nuevo punto fijo, una temperatura más alta. Durante la siguiente fase, la etapa de meseta, los escalofríos disminuyen y la persona se siente caliente y seca. Si el nuevo punto fijo es «excedido» o los pirógenos se eliminan (p. ej., destrucción de la bacteria por antibióticos), se produce la tercera fase de un episodio febril. El punto fijo del hipotálamo cae y se inician las respuestas a la pérdida de calor. La piel se pone caliente y se enrojece debido a la vasodilatación. La diaforesis ayuda en la pérdida de calor por evaporación. Cuando la fiebre se «rompe», el paciente entra en fase afebril. La fiebre es un importante mecanismo de defensa. Las elevaciones leves de temperatura de hasta 39 °C mejoran el sistema inmunológico del cuerpo. Durante un episodio febril la producción de leucocitos se estimula. El aumento de temperatura reduce la concentración de hierro en el plasma sanguíneo, suprimiendo el crecimiento bacteriano. La fiebre también lucha contra las infecciones virales estimulando el interferón, la sustancia natural que produce el cuerpo para luchar contra los virus. La fiebre y los patrones febriles tienen una utilidad diagnóstica. Los patrones febriles difieren dependiendo del pirógeno causante. El aumento o disminución de la actividad pirógena da lugar a aumentos y descensos en diferentes momentos del día. La duración y el grado de fiebre dependen de la fuerza del pirógeno y de la capacidad de respuesta de la persona. El término fiebre de origen desconocido (FOD) se refiere a una fiebre con una causa indeterminada. Durante la fiebre el metabolismo celular aumenta y el consumo de oxígeno se eleva. El metabolismo corporal aumenta un 10% por cada grado Celsius de aumento de la temperatura. Las frecuencias cardíaca y respiratoria aumentan para satisfacer las necesidades metabólicas de nutrientes del cuerpo. El aumento del metabolismo utiliza energía que da lugar a la producción de calor adicional. Si un paciente tiene un problema cardíaco o respiratorio, el estrés de la fiebre es intenso. Una fiebre prolongada debilita al paciente y agota sus depósitos de energía. El aumento del metabolismo requiere oxígeno adicional. Si el cuerpo no puede satisfacer la demanda de oxígeno adicional, se produce una hipoxia celular (oxígeno inadecuado). La hipoxia miocárdica produce angina (dolor torácico). La hipoxia cerebral produce confusión. Las intervenciones durante la fiebre incluyen oxige- noterapia. Cuando la pérdida de agua por el aumento de la respiración y la diaforesis es excesiva, el paciente tiene riesgo de déficit del volumen de líquidos. La deshidratación es un grave problema para los ancianos y los niños con bajo peso corporal. Mantener un estado de volumen de líquidos óptimo es una actuación de enfermería importante.

Hipertermia.

Una temperatura corporal elevada relacionada con la incapacidad del cuerpo para promover la pérdida de calor o reducir la producción de calor se denomina hipertermia. Mientras que la fiebre es una elevación del punto fijo del hipotálamo, la hipertermia es el resultado de una sobrecarga de los mecanismos termorreguladores del cuerpo. Cualquier enfermedad o traumatismo del hipotálamo perjudica los mecanismos de pérdida de calor. La hipertermia maligna es una enfermedad hereditaria de producción de calor incontrolada que se produce cuando las personas susceptibles a ella reciben ciertos fármacos anestésicos.

Golpe de calor.

El calor deprime la función hipotalámica. La exposición prolongada al sol o a una alta temperatura ambiental sobrecarga los mecanismos de pérdida de calor del cuerpo. Estas situaciones causan el golpe de calor, definido como una temperatura corporal de 40 °C o más. El golpe de calor es una peligrosa urgencia por calor con una alta tasa de mortalidad. Entre los pacientes en riesgo se incluyen los muy jóvenes o los muy mayores y los que tienen enfermedades cardiovasculares, hipotiroidismo, diabetes o alcoholismo. También tienen riesgo los que toman medicamentos que disminuyen la capacidad del cuerpo de perder calor (p. ej., fenotiazinas, antico- linérgicos, diuréticos, anfetaminas y antagonistas de los receptores betaadrenérgicos) y los que realizan ejercicio o un trabajo enérgico (p. ej., atletas, trabajadores de la construcción y granjeros). Los signos y síntomas de un golpe de calor incluyen mareo, confusión, delirio, exceso de sed, náuseas, calambres musculares, trastornos visuales e incluso incontinencia. Las constantes vitales revelan a veces una temperatura corporal de hasta 45 °C, con un aumento de la frecuencia cardíaca (FC) y un descenso de la PA. El signo más importante del golpe de calor es la piel caliente y seca. Las víctimas del golpe de calor no sudan debido a la pérdida grave de electrólitos y la mala función del hipotálamo. Si el problema avanza, el paciente con un golpe de calor se queda inconsciente, con las pupilas fijas y no reactivas. Puede producirse daño neurológico permanente a menos que se inicien rápidamente medidas de enfriamiento.

Agotamiento por calor.

El agotamiento por calor ocurre cuando una diaforesis profusa acaba en pérdida excesiva de agua y de electrólitos. Causado por la exposición al calor ambiental, el paciente muestra signos y síntomas de déficit de volumen de líquidos. Los primeros auxilios incluyen transportarlo a un entorno más frío y recuperar el equilibrio hidroelectrolítico.

Hipotermia.

La pérdida de calor durante una exposición prolongada al frío sobrecarga la capacidad del cuerpo de producir calor, lo que causa hipotermia. La hipotermia se clasifica por las mediciones de la temperatura central.

A veces es no intencionada, como caer a través del hielo de un lago helado. En ocasiones la hipotermia se induce intencionalmente durante los procedimientos quirúrgicos o de urgencia para reducir la demanda metabólica y la necesidad de oxígeno del cuerpo. La hipotermia accidental normalmente se desarrolla gradualmente y pasa desapercibida durante varias horas. Cuando la temperatura de la piel cae por debajo de 35 °C, el paciente sufre temblores incontrolados, pérdida de memoria, depresión y dificultad para tomar decisiones. A medida que la temperatura corporal cae por debajo de 34,4 °C, la FC, el ritmo respiratorio y la PA caen. La piel se vuelve cianótica. Los pacientes sufren arritmias cardíacas, pérdida de la consciencia y falta de respuesta a los estímulos del dolor si la hipotermia avanza. En casos de hipotermia grave una persona muestra signos similares a los de la muerte (p. ej., falta de respuesta a los estímulos y respiración y pulso extremadamente lentos). Cuando el enfermero sospecha que existe hipotermia, la valoración de la temperatura central es crítica. Se necesita un termómetro especial de lectura baja debido a que los dispositivos estándares no registran por debajo de 35 °C. La congelación se produce cuando el cuerpo se expone a temperaturas por debajo de lo normal. Se forman cristales de hielo en el interior de las células y se produce un daño permanente de la circulación y los tejidos. Las áreas particularmente susceptibles a la congelación son los lóbulos de las orejas, la punta de la nariz y los dedos de las manos y los pies. El área lesionada se pone blanca, cerosa y firme al tacto. El paciente pierde la sensibilidad en el área afectada. Entre las intervenciones se incluyen medidas de calentamiento gradual, analgesia y protección del tejido lesionado.

PROCESO DE ENFERMERÍA

El enfermero aplica el proceso de enfermería y utiliza el enfoque del pensamiento crítico en el cuidado de los pacientes. El proceso de enfermería le proporciona un enfoque de toma de decisiones clínicas para que desarrolle e implemente un plan individualizado de cuidados de enfermería. El conocimiento de la fisiología de la regulación de la temperatura corporal es esencial para valorar y evaluar la respuesta del paciente a las alteraciones de la temperatura e intervenir de manera segura. El enfermero implementa medidas independientes para aumentar o minimizar la pérdida de calor, promover la conservación del calor y aumentar el confort. Estas medidas complementan los efectos de las terapias prescritas por el médico durante la enfermedad. El enfermero también proporciona educación a los miembros de la familia, a los padres de los niños y a otros cuidadores.

VALORACIÓN
A través de los ojos del paciente.

Durante el proceso de valoración el enfermero valora concienzudamente a cada paciente, explora sus creencias y experiencias y analiza críticamente los hallazgos para asegurarse de que toma las decisiones clínicas centradas en el paciente necesarias para unos cuidados de enfermería seguros.

Zonas.

La temperatura central y de la superficie del cuerpo puede ser medida en varias zonas. Las unidades de cuidados intensivos utilizan las temperaturas centrales de la arteria pulmonar, el esófago y la vejiga urinaria. Estas medidas requieren el uso de dispositivos invasivos continuos colocados en las cavidades y los órganos corporales y muestran continuamente las lecturas en un monitor electrónico. El enfermero debe utilizar un termómetro para obtener medidas intermitentes de la temperatura de la boca, el recto, la membrana timpánica, la arterial temporal y la axila. También puede aplicar a la piel parches de termómetro no invasivos preparados químicamente. Los lugares de la temperatura, oral, rectal, axilar y de la piel, se basan en la presencia de una circulación sanguínea efectiva en la zona de la medición. El calor de la sangre es conducido a la sonda del termómetro. La temperatura timpánica depende de la radiación del calor del cuerpo en un sensor infrarrojo. Debido a que la membrana timpánica comparte el mismo suministro de sangre arterial que el hipotálamo, es una temperatura central. La medición de la arteria temporal detecta la temperatura del flujo sanguíneo cutáneo. Para asegurar las lecturas precisas de la temperatura, se debe medir correctamente en cada zona. La temperatura obtenida varía dependiendo de la zona utilizada, pero está normalmente entre 36 °C y 38 °C. Las temperaturas rectales son normalmente 0,5 °C más altas que las temperaturas orales, y las temperaturas axilares son normalmente 0,5 °C más bajas que las temperaturas orales. Cada una de las zonas comunes de medición de la temperatura tiene ventajas y desventajas.

Se debe elegir el lugar más seguro y preciso para el paciente. Cuando sea posible, se debe utilizar el mismo lugar cuando sean necesarias mediciones repetidas.

Termómetros.

Existen dos tipos de termómetros disponibles para medir la temperatura corporal: el electrónico y el desechable. El termómetro de mercurio de cristal, en su día el dispositivo estándar, ha sido eliminado de los centros de atención sanitaria debido a los peligros del mercurio para el medio ambiente. Sin embargo, algunos pacientes todavía utilizan termómetros de mercurio de cristal en sus casas. Cuando enfermería encuentra un termómetro de mercurio de cristal en una casa, debe informar al paciente de los dispositivos de temperatura más seguros y fomentar el desecho de los productos de mercurio en los lugares apropiados del barrio para residuos peligrosos.

Termómetro electrónico.

El termómetro electrónico consiste en una unidad con una pantalla alimentada por una batería recargable, un cable fino y una sonda de temperatura tapada por una cubierta desechable. Existen diferentes sondas irrompibles para uso oral y rectal. Enfermería también puede utilizar la sonda oral para la medición de la temperatura axilar. Los termómetros electrónicos proporcionan dos modos de funcionamiento: una temperatura predictiva de 4 segundos y una temperatura estándar de 3 minutos. En las situaciones clínicas del día a día la mayoría de los enfermeros utilizan el modo predictivo de 4 segundos. Suena una señal y aparece la lectura en la pantalla de la unidad cuando la lectura de la temperatura máxima ha sido medida. Otra forma de termómetro electrónico se utiliza exclusivamente para la temperatura timpánica. Un espéculo como un otoscopio con una punta de sensor de infrarrojos detecta la señal irradiada desde la membrana timpánica. Unos segundos después de colocarlo en el conducto auditivo, suena una señal y la lectura aparece en la pantalla de la unidad cuando la lectura de la temperatura máxima ha sido medida. Otra forma de termómetro electrónico mide la temperatura de la arteria temporal superficial. Un escáner portátil con una punta de sensor de infrarrojos detecta la temperatura del flujo sanguíneo cutáneo arrastrando el sensor a través de la frente y justo detrás de la oreja. Después de que se ha realizado el escaneo, la lectura aparece en la pantalla de la unidad. La temperatura de la arteria temporal es una medida fiable y no invasiva de la temperatura central. Las mayores ventajas de los termómetros electrónicos son que las lecturas aparecen en unos segundos y son fáciles de leer. La funda de plástico es irrompible e ideal para los niños. La desventaja mayor es que son caros. Mantener la limpieza de las sondas es una consideración importante. Por ejemplo, si no se limpian apropiadamente entre pacientes, la contaminación gastrointestinal de la sonda rectal causa transmisión de enfermedades. Se debe limpiar el termómetro diariamente con alcohol y la sonda del termómetro con una torunda con alcohol después de cada paciente, poniendo especial atención a los cordoncillos donde la funda de la sonda está atada a la sonda.

Termómetros de puntos químicos.

Los termómetros de puntos químicos de uso único o reutilizables (fig. 29-6) son unas tiras finas de plástico con un sensor de temperatura en un extremo. El sensor consiste en una matriz de puntos impregnados con sustancias químicas que cambian de color a diferentes temperaturas. Tienen una escala con 50 puntos; cada uno representa un aumento de temperatura de 0,1 °C sobre un intervalo de 35,5 °C a 40,4 °C. Los puntos químicos del termómetro cambian de color al reflejar la lectura de la temperatura, normalmente en menos de 60 segundos. La mayoría son de un solo uso. En una marca reutilizable para un solo paciente los puntos químicos vuelven al color original en unos pocos segundos. Los termómetros de puntos químicos son normalmente para temperaturas orales. También se pueden utilizar en las zonas axilar y rectal, cubiertos por una funda de plástico para esta última zona, con un tiempo de colocación de 3 minutos. Los termómetros de puntos químicos son útiles para pruebas de temperatura, especialmente para lactantes y niños pequeños y pacientes que están intubados. Debido a que los termómetros de puntos químicos a menudo subestiman la temperatura oral >0,4 °C, se deben utilizar termómetros electrónicos para confirmar la medición hecha con un termómetro de puntos químicos cuando se trata de decisiones terapéuticas. Los termómetros de puntos químicos son útiles cuando se atiende a pacientes en aislamiento protector para evitar la necesidad de llevar instrumentos electrónicos a las habitaciones de los pacientes (v. cap. 28). Otro termómetro desechable útil para la temperatura de detección precoz es un parche o tira sensible a la temperatura. Aplicado a la frente o al abdomen, las áreas químicas sensibles del parche cambian de color a diferentes temperaturas.

DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA

Después de concluir su valoración, el enfermero agrupa las características definitorias para hacer un diagnóstico de enfermería (cuadro 29-7). Por ejemplo, un aumento de la temperatura corporal, piel enrojecida, piel caliente al tacto y taquicardia indican el diagnóstico de hipertermia. El enfermero enuncia el diagnóstico de enfermería como una alteración de la temperatura de riesgo o real. Debe implementar las acciones para minimizar o eliminar los factores de riesgo si el paciente tiene factores de riesgo para alteraciones de la temperatura. Ejemplos de diagnósticos de enfermería para pacientes con alteraciones de la temperatura corporal son los siguientes:

• Riesgo de desequilibrio de la temperatura corporal.

• Hipertermia.

• Hipotermia.

Termorregulación ineficaz.

Una vez que el enfermero determina un diagnóstico, debe seleccionar con precisión el factor relacionado o etiología. El factor relacionado le permite seleccionar las intervenciones de enfermería apropiadas. En el ejemplo de hipertermia, un factor relacionado de actividad vigorosa da lugar a intervenciones muy diferentes a las que da lugar el factor relacionado de disminución de la capacidad para transpirar.

PLANIFICACIÓN

Durante la planificación el enfermero integra el conocimiento recogido de la valoración y la historia del paciente para desarrollar un plan de cuidados individualizado (v. Plan de cuidados de enfermería). Debe hacer corresponder las necesidades del paciente con las intervenciones que están apoyadas y recomendadas en la literatura de la investigación clínica.

Objetivos y resultados.

El plan de cuidados para un paciente con alteración de la temperatura incluye objetivos realistas e individualizados junto con resultados relevantes. Esto requiere colaboración con el paciente y su familia al establecer los objetivos y los resultados y seleccionar las intervenciones de enfermería. El enfermero establece los resultados esperados para calibrar el progreso hacia el retorno de la temperatura corporal a un rango aceptable. En casos en los que la alteración de la temperatura requiere ayudar a los pacientes a modificar su entorno, los objetivos pueden ser a largo plazo (p. ej., obtener ropa apropiada para llevar en tiempo frío). Los objetivos a corto plazo, como recobrar el rango normal de la temperatura corporal, mejoran la salud del paciente. En el ejemplo de un paciente que tiene una fiebre alta y una diaforesis excesiva, el objetivo de los cuidados es conseguir el equilibrio de líquidos y electrólitos. El resultado es que la ingesta y la eliminación del paciente sean iguales en las 24 horas siguientes.

Establecer prioridades.

El enfermero establece prioridades de cuidados con respecto hasta qué punto la alteración de la temperatura afecta al paciente. La gravedad de una alteración de la temperatura y sus efectos, junto con el estado de salud general del paciente, influyen en las prioridades de los cuidados. La seguridad es la prioridad máxima. A menudo otros problemas clínicos complican el plan de cuidados. Por ejemplo, el desequilibrio de la temperatura corporal afecta a las necesidades corporales de líquidos. Los pacientes con problemas cardíacos a menudo tienen dificultades para tolerar la terapia de sustitución de líquidos necesaria.

Trabajo en equipo y de colaboración.

Los pacientes con riesgo de desequilibrio de la temperatura corporal requieren un plan de cuidados individualizado dirigido a mantener la normotermia y reducir los factores de riesgo. Por ejemplo, es importante establecer el resultado de que el paciente pueda explicar qué acciones apropiadas debe realizar y qué recursos comunitarios disponibles debe utilizar (p. ej., centros de refrigeración) durante una ola de calor. El enfermero enseña al paciente y al cuidador la importancia de la termorregulación y qué acciones realizar cuando hay un calor ambiental excesivo. La educación es particularmente importante para los padres, que deben saber cómo actuar en casa y a quién llamar (p. ej., consulta del profesional sanitario, enfermero de cuidados domiciliarios) cuando un lactante o un niño desarrolla un desequilibrio de temperatura.

IMPLEMENTACIÓN
Promoción de la salud.

Manteniendo el equilibrio entre la producción de calor y la pérdida de calor, el enfermero promueve la salud de los pacientes con riesgo de desequilibrio de la temperatura corporal. Tiene que tener en cuenta la actividad del paciente, la temperatura del entorno y la ropa. Debe enseñar a los pacientes a evitar hacer ejercicio extenuante en tiempo caluroso y húmedo; beber líquidos, como agua o zumos de fruta pura antes, durante y después del ejercicio; y llevar ropa ligera, suelta y de colores claros. También debe enseñar a los pacientes a evitar hacer ejercicio en áreas con mala ventilación, cubrirse la cabeza cuando se está fuera y exponerse a climas calurosos gradualmente. La prevención es la clave para pacientes con riesgo de hipotermia; Implica educar a los pacientes, a los miembros de la familia y a los amigos. Entre los pacientes en riesgo se incluyen los muy jóvenes, los muy mayores y las personas debilitadas por traumatismos, accidente cerebrovascular, diabetes, intoxicación por drogas o alcohol y septicemia. Los pacientes con enfermedad mental o discapacitados a veces son víctimas de hipotermia debido a que no son conscientes de los peligros de las condiciones frías. Las personas sin calefacción en casa, sin refugio, dieta o ropa adecuados también tienen riesgo. El cansancio, el color oscuro de la piel, la mala alimentación y la hipoxemia también contribuyen al riesgo de congelación

Cuidados agudos
Fiebre.

Cuando se desarrolla una temperatura corporal elevada, el enfermero debe iniciar las intervenciones para tratar la fiebre. El objetivo de la terapia es aumentar la pérdida de calor, reducir la producción de calor y evitar complicaciones. La elección de las intervenciones depende de la causa, los efectos adversos y la fuerza, intensidad y duración de la subida de la temperatura. Los enfermeros son esenciales para valorar e implementar las estrategias para reducir la temperatura (cuadro 29-8). El profesional sanitario intenta determinar la causa de la temperatura elevada aislando el pirógeno causante. A veces es necesario obtener muestras de cultivo para análisis de laboratorio, como orina, sangre, esputo y zonas de la herida. Se prescriben algunos medicamentos antibióticos después de que se han obtenido los cultivos. Administrar antibióticos destruye las bacterias pirógenas y elimina el estímulo corporal para la temperatura elevada. La mayor parte de las fiebres en los niños son de origen viral, duran m uy poco y tienen efectos limitados. Sin embargo, los mecanismos de control de la temperatura de los niños todavía son inmaduros y la temperatura puede elevarse rápidamente. En los niños de entre 6 meses y 3 años de edad se producen convulsiones febriles y deshidratación durante la subida de temperatura. Las convulsiones febriles son inusuales en niños mayores de 5 años. El nivel de la temperatura, a menudo mayor de 38,8 °C, parece ser un factor más importante que la rapidez del aumento de temperatura. Los niños tienen un riesgo particular de déficit de volumen de líquidos debido a que pueden perder rápidamente grandes cantidades de líquidos en proporción a su peso corporal. Es importante mantener registros precisos de ingesta y eliminación, pesar al paciente diariamente y estimular la ingesta de líquidos. A veces la fiebre es una respuesta de hipersensibilidad a un fármaco. La fiebre por fármacos va a menudo acompañada de otros síntomas de alergia como sarpullido o prurito (picor). El tratamiento implica retirar la medicación. Los antipiréticos son medicamentos que reducen la fiebre. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos, como paracetamol, ácido salicílico, indometacina y ketorolac, reducen la fiebre por el aumento de la pérdida de calor. Los corticoides reducen la producción de calor interfiriendo en el sistema inmunológico y ocultando los signos de infección. No se utilizan para tratar la fiebre. Sin embargo, pueden suprimir la fiebre en respuesta a un pirógeno. La terapia no farmacológica para la fiebre utiliza métodos que aumentan la pérdida de calor por evaporación, conducción, convección o radiación. El enfermero debe asegurarse de que las medidas enfermeras para mejorar el enfriamiento del cuerpo no estimulan los temblores. El temblor es contraproducente y aumenta el gasto de energía hasta un 400%. Los baños con esponja tibia, bañar con soluciones de alcohol con agua, aplicar bolsas de hielo en la zona de las axilas y de las ingles, y aplicar ventiladores eran prácticas que se empleaban anteriormente para reducir la fiebre; sin embargo, hay que evitar estas terapias porque producen temblores. No hay ninguna ventaja de estos métodos sobre los medicamentos antipiréticos. Las mantas refrigeradas por medio de la circulación de agua impulsada por unidades motorizadas aumentan la pérdida de calor por conducción. Se deben seguir las instrucciones del fabricante para aplicar estas mantas hipotérmicas debido al riesgo de rotura de la piel y de «quemaduras por congelación». Colocar una toalla de baño entre el paciente y la manta hipotérmica y envolver las extremidades distales (dedos de las manos y pies y genitales) reduce el riesgo de lesión en la piel y en los tejidos por la terapia de hipotermia. Envolver las extremidades del paciente reduce la incidencia y la intensidad de los temblores. Medicamentos como la meperidina o el butorfanol reducen los temblores.

Golpe de calor.

El golpe de calor es una situación de urgencia. El tratamiento de primeros auxilios incluye mover al paciente a un entorno más frío, quitar del cuerpo el exceso de ropa, colocar toallas mojadas frías sobre la piel y utilizar ventiladores oscilantes para aumentar la pérdida de calor por convección. El tratamiento clínico de urgencia incluye líquidos intravenosos (i.v.), irrigar el estómago y el intestino inferior con soluciones frías, y mantas hipotérmicas.

Hipotermia.

El tratamiento prioritario para la hipotermia es prevenir una bajada mayor de la temperatura corporal. Quitar las ropas mojadas, reemplazarlas con secas y envolver a los pacientes en mantas son las intervenciones enfermeras clave. En urgencias lejos de un entorno de atención sanitaria, hay que poner al paciente acostado debajo de mantas cerca de una persona caliente. Un paciente consciente se beneficia bebiendo líquidos calientes, como sopa, y evitando el alcohol y los líquidos con cafeína. También es útil mantener la cabeza cubierta, colocar al paciente cerca de un fuego o una habitación caliente, o colocar almohadillas calefactoras cerca de las áreas del cuerpo (cabeza y cuello) que pierden más rápidamente el calor.

Atención para el restablecimiento y atención continuada.

El enfermero educa al paciente con fiebre sobre la importancia de tomar y continuar tomando el antibiótico según se le ha indicado hasta que el ciclo de tratamiento se complete. Los niños y los ancianos tienen riesgo de déficit de volumen de líquidos debido a que pueden perder rápidamente grandes cantidades de líquidos en proporción a su peso corporal. Identificar los líquidos preferidos y estimular la ingesta de líquidos es una continua e importante intervención de enfermería.

EVALUACIÓN

A través de los ojos del paciente. El profesional enfermero evalúa las perspectivas de su paciente sobre los cuidados proporcionados. ¿Está satisfecho con los resultados de los cuidados o el plan de cuidados necesita ser modificado? Incluir al paciente en la evaluación demuestra que el enfermero valora su perspectiva y contribuye a la seguridad del paciente. Resultados del paciente. El enfermero evalúa todas las intervenciones de enfermería com parando la respuesta real del paciente con los resultados esperados del plan de cuidados. Debe determinar si los objetivos de los cuidados se han cumplido y revisar el plan de cuidados cuando sea necesario. Después de cualquier intervención hay que medir la temperatura del paciente para evaluar los cambios. También hay que utilizar otras medidas evaluativas, como palpar la piel y valorar el pulso y la respiración. Si las terapias son efectivas, la temperatura corporal vuelve a un rango aceptable, otras constantes vitales se estabilizan y el paciente manifiesta una sensación de confort.


 


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Bibliografía:

  • Potter Perry (2013). Fundamentos de Enfermería 8ed –Editorial Elsevier.
  • Berman- Snyder - Kozier -Erb (2008). Fundamentos de enfermería Vol II- Editorial Pearson.
  • Du-Gas (2001). Tratado de Enfermería Práctica - Editorial Mc Graw Hill Interamericana.


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